Fiel a mi cita
anual con César Pérez Gellida no he hecho esperar a su última novela y en
cuanto la tuve en mis manos me lancé a por ella. Lo que sí me impuse fue no
hacer como en el resto de citas anuales. A saber: leerla como las locas,
rascando cada minuto libre y quitándome horas de sueño. Y no porque la novela
no me lo pidiera, a gritos lo hacía, pero quería disfrutar de ella algo más
de dos o tres días y vaya si he disfrutado. Hoy os hablo de La suerte del
enano.
Mi opinión
El robo en el
Museo Nacional de Escultura de Valladolid estaba perfectamente planificado y,
aún así, nada pudo salir peor de lo que salió. Y es que, si no hubiera sido
así, otros se habrían encargado de su investigación, pero habiendo sangre de
por medio la investigación recae en la inspectora Sara Robles que nunca creyó
en la suerte, ni en la buena ni en la mala, hasta que se topó con este caso.
Ese robo es el
hilo conductor de una novela en la que se dan cita ladrones con el guante más o menos blanco, mafia rusa, clanes
gitanos y un sicario espeluznante para una trama sólida y bien hilada a la
que acompañan diferentes subtramas que enriquecen un argumento muy bien
pensado, perfectamente desarrollado y culminado con un final redondo. Una
historia, además, habitada por personajes cercanos y reales en los que las
luces y las sombras son las señas de identidad de un elenco potente en el que
los viejos conocidos, con los que volver a pasear por una Valladolid más
teñida de sangre que nunca, conviven con nuevos personajes perfilados con
acierto.
Es difícil,
cuando se tienen ya unas cuantas novelas a las espaldas, mantener un nivel y
seguir sorprendiendo al lector, pero esto para César Pérez Gellida parece ser
un juego de niños porque el autor, título
tras título, va superándose a sí mismo poniendo cada vez más difícil a esta
reseñadora elegir las palabras con las que contaros mis impresiones lectoras.
Sí os diré que con La suerte del enano
he sentido una vuelta a los inicios, a aquellas primeras novelas con las
que el autor comenzó a hacerse un hueco en el panorama de la novela negra
nacional. Desde entonces le hemos ido viendo crecer abordando cualquier
temática, esta vez el tráfico de obras de arte, sin que le temblara el pulso y
consiguiendo una calidad narrativa tal que hoy por hoy, para mí, es sin duda el
mejor autor nacional del género.
Os confieso que
siempre leo sus novelas, si no intentando pillarlo, sí intentando al menos que
no me pille él. Sé que me va a sorprender, sé
que va a llegar un momento en el que me voy a echar las manos a la cabeza y
soltar como mínimo un “hay que joderse”, pero sé también que a lo largo de
la lectura ha ido dejándome las miguitas necesarias para recorrer el camino que
me va a llevar al giro, otra cosa es que yo haya pasado de largo por todas
ellas sin enterarme, pero lo que está claro es que César Pérez Gellida nunca
hace trampas y siempre sorprende. Por eso, por muy atenta y espabilada que
intente estar es imposible pillar al autor que, además, se divierte salpicando la
novela de guiños a sus anteriores publicaciones.
En definitiva, La suerte del enano es una magnífica novela
negra escrita a ritmo de thriller que no dudo en recomendaros, muy
especialmente a los despistados que aún
no se han estrenado con el autor. Buena
trama, personajes potentes, calidad narrativa y disfrute asegurado, tanto
como se nota que ha disfrutado el autor escribiendo esta novela que he sentido
más gellidista que nunca. Tanto que a
veces más me parecía estar escuchando al autor que leyéndolo. No os la perdáis.