Confieso
que Te prometo un imperio lleva unos años esperando en mis estanterías a ser
leído, pero ha sido el último título de Juan Vilches, tercero ya para el autor,
el que se ha colado y ha supuesto mi estreno con este escritor porque no pude
resistirme a una fantástica portada y a una época histórica que como sabéis me
fascina. Hoy os hablo de Largo invierno en París.
Sinopsis
Una
historia llena de drama y amor, lujo e intriga, en la Francia de la ocupación
nazi.
París,
invierno de 1943. La Ciudad de la Luz se ha convertido en la ciudad de las
sombras. París vive un largo y frío invierno que parece no tener fin. En sus
calles y bulevares, antes alegres y bulliciosos, proliferan los uniformes
alemanes, los controles de la policía y las redadas de la Gestapo. La ocupación
ha convertido a París en una ciudad triste y silenciosa, pero repleta de
cabarets y prostíbulos destinados al recreo y entretenimiento del invasor. Solo
los colaboracionistas, los conocidos collabos, parecen disfrutar de la
presencia alemana en sus calles, como si nada hubiese ocurrido.
En
una lujosa habitación del hotel Ritz, una carismática diseñadora de alta costura,
aburrida y cansada de presenciar tanta miseria y tanto dolor, decide poner fin
a la guerra.
Mi opinión
Tras
un primer capítulo en el que se nos describe el asesinato de Benito Mussolini y
su amante Clara Pettaci en abril de 1945 en Milán, la novela retrocederá hasta
1943 y el escenario cambiará a París en plena ocupación nazi, con la esvástica
ondeando en la Torre Eiffel. Allí, Gabrielle Chantal, personaje inspirado en
Coco Chanel, se encuentra alojada en el hotel Ritz tras cerrar su negocio y
despedir a miles de empleadas para mantener abierta tan solo su tienda de
perfumes y complementos. Junto a ella conoceremos a Daniela, la que un día
fuera una de sus modelos, hoy convertida en su secretaria y asistente personal.
Y conoceremos también a Jaime Urquiza, más conocido como Jeff, un periodista
español al que no le falta el dinero y al que, además de sus artículos, le
interesan más el lujo y las mujeres que los problemas por los que atraviesa la
población parisina.
La
vida de estos y otros personajes ficticios se entrecruzará en una trama en la
que convivirán con personajes históricos por todos conocidos, como es el caso
de Francisco Franco y su mujer Carmen Polo, Serrano Suñer, Galeazzo Ciano,
Mussolini…, en perfecta conjunción y consiguiendo trasladar al lector la que ha
debido ser una importante labor de documentación que
queda perfectamente integrada en la trama. Todo ello da como resultado una historia en la que realidad y ficción se entremezclan en una novela llena de misterio e intriga que nos deparará más de una sorpresa
especialmente en su desenlace final. Un desenlace que, si bien cierra la trama
sin fleco alguno, a mí como ya sabéis algunos no me ha dejado del todo
satisfecha por algún detalle que por razones obvias no puedo comentar, pero que
en cualquier caso se basa principalmente en mis gustos personales.
Juan
Vilches dibuja unos personajes que rápidamente sentiremos cercanos y reales. Personajes llenos de matices, con los
claroscuros que caracterizan a cualquier personal real en la que ni todo es perfecto ni todo es
negativo. Unos personajes que evolucionan conforme las circunstancias que
acaecen en la novela van marcando sus vidas y van haciendo que cambien sus
puntos de vista y sus prioridades. Este es el caso de Jeff Urquiza, el que al
comienzo de la lectura fuera un vividor solo preocupado por su placer en todos
los sentidos, va convirtiéndose en alguien totalmente distinto según avanzamos
en la novela y según empieza a tomar conciencia de lo que realmente le rodea,
empezando a ver más allá de sus propios intereses.
Espionaje,
política y romanticismo se dan cita en Largo invierno en París junto al lujo, la intriga y el drama. De
la mano de Juan Vilches pasearemos por la ciudad y seremos testigos de cómo la
mayoría de la población de Francia pensaba que la ocupación era un mal menor,
solo un pequeño porcentaje formaba parte de la Resistencia. El autor dibuja con
acierto los contrastes en una ciudad en la que convivían el derroche de unos y
las miserias de otros, una ciudad dividida en la que incluso algunos franceses
se relacionan con las altas esferas alemanas sin el más mínimo pudor. Una fantástica ambientación en ese París
ocupado que en todo momento he sentido y vivido.
Destaca
también la prosa de Juan Vilches, que con un narrador omnisciente en tercera
persona hace gala de una
narración fluida que propicia que un libro tan extenso como éste se lea sin
casi apenas darte cuenta.
Su estilo es sencillo sin descuidar por ello el aspecto más formal y el
perfecto equilibrio entre narración diálogo confiere gran agilidad a la novela,
aunque en mi opinión algunos personajes secundarios sin relevancia alguna para
el desarrollo de la trama gozan de más dedicación de la que yo hubiera deseado
y si bien su papel anecdótico e incluso representativo de una parte de la
sociedad casan bien con el espíritu de la novela creo que ésta habría ganado
acortando su participación.
Y
es que junto a la gran historia que nos narra la novela, se dan cita en sus
páginas numerosas subtramas con gran variedad de
personajes secundarios.
Se intercalan también entre los capítulos algunas cartas que un miembro de la
red APIS, un servicio de espionaje que durante la dictadura franquista se
dedicó al espionaje exterior y que dirigía una monja teresiana, dirige a
Carrero Blanco. Nunca había oído hablar de esta red de espías, compuesta
también por monjas, y la verdad es que me ha resultado realmente curiosa.
En
definitiva, Largo invierno en París es una novela histórica que aúna en sus
páginas otros géneros como la novela negra, la de espionaje y unos toques de
romanticismo, dando como resultado una lectura agradable con la que podrá
disfrutar cualquier tipo de lector.