Cuando
desde varios blogs nos ofrecieron la oportunidad de participar en la lectura
conjunta de “EO” tuve alguna duda al ver la sinopsis por lo que preferí leer el
primer capítulo en la web del grupo editorial antes de lanzarme a la aventura.
Y me gustó lo que leí. La historia de Pedro prometía ser una historia especial.
Lamentablemente se ha quedado en una historia simplemente diferente y es que,
como muchos ya sabéis, “EO” no ha sido la lectura que esperaba y hoy os cuento
las razones.
SINOPSIS
«Entonces
lo descubrió: le estaba mirando. Olvidó gritar, escapar o cerrar la boca,
abierta por la sorpresa. No pudo apartar los ojos de su visión...»
Así
comienza la aventura más extraordinaria que un niño y un animal han vivido
nunca. Una historia de valentía y amistad en la que Pedro, un niño que vive en
un entorno dramático y solitario, se encuentra a un elefante en la ribera del
río. Tratando de huir de la realidad de los adultos que tanta infelicidad le
causa, Pedro decide ocultar su descubrimiento para conservarlo como amigo. Pero
un elefante es un secreto difícil de esconder...
Luis
Cerezo escribe un vertiginoso relato en el que un niño afronta una huida del
dominio de los adultos y su universo controlado. Una fábula contemporánea que,
desde el contraste entre la mezquindad y la ternura, entre la sinrazón y la
amistad, entre la cruda realidad y la magia, cambia la forma de ver el mundo.
EL
AUTOR
Desde
muy pequeño escribía historias, y se evadía en juegos imaginarios que
reproducía en su entorno visual cercano debido a un trastorno ocular que no fue
detectado hasta los diez años. Comenzó su precoz carrera profesional como
batería a los quince años (1985). Dedicado a tocar en orquestas por las noches,
al estudio de arte y al boxeo amateur, acostumbraba a participar en las jam
sessions de la Cova del Drac, donde conoció a algunos de los grandes músicos de
jazz del momento. Tiempo después, tras asistir a un concierto de Elvin Jones,
decidió abandonar su carrera como intérprete y fundó Bloc Visual (1996),
corporación de empresas dedicada a la comunicación.
Inspirado
por la revolución del cine digital, vendió sus participaciones en la compañía
con la intención de producir su primer largometraje experimental, N@ufragos
(2004). Fundó Cinelibre (2006), plataforma de producción alternativa inspirada
en el cine de guerrilla, y redactó un manifiesto que promueve la autoría en
solitario de guion, dirección, fotografía, música y montaje. Según dichas
pautas, filmó tres largometrajes con micropresupuesto, piezas que, junto a su
obra documental, han sido estrenadas en Madrid, Montreal, Bogotá, Varsovia y
Shanghái. En 2015 publicó su primera novela, Eo.
MI
OPINIÓN
Podríamos
decir que “EO” es una fábula contemporánea que comienza cuando Pedro, un niño
solitario cuya madre pasa todo el día trabajando y con problemas relacionales
también en el colegio, donde su único amigo padece síndrome de Asperger,
encuentra un elefante con el que entablará una relación tan especial que le
llevará a evadirse de todos los problemas que pueblan su día a día, aunque
conocerá otros, y le ayudará a crecer en un mundo en el que él sabe bien que
las cosas no son siempre fáciles.
Quizá
el problema principal es que no me he creído “EO”, y no me refiero con esto a
que la historia deba ser necesariamente realista para convencerme y poder
disfrutarla, sino que debe ser creíble por muy inverosímil que sea lo que se me
está contando. Y en “EO” no me he creído nada. No me he creído a Pedro, un niño
que, a pesar de que las primeras páginas me inspiró ternura, no he sentido como
tal y me ha resultado exagerado en su soledad y en sus penas; un niño bueno e
inocente hasta aburrir (las mentirijillas que le cuenta a su madre no cuentan,
eso entra dentro de lo normal). No me he creído a Susana, una madre con un
horario tan demencial que sale de casa antes de que Pedro se levante, vuelve
cuando ya está dormido y deja la casa llena de post-it cursis con indicaciones de
cómo calentar la comida precocinada con la que se alimenta.
Luis Cerezo |
O
quizá todo sea que no he entendido lo que Luis Cerezo quería contarme. Son
muchos los temas que el autor aborda en esta novela, principalmente la amistad,
el abandono infantil y el maltrato animal, pero todos ellos se me han antojado
un tanto fríos en su tratamiento a través de un narrador en tercera persona que
no se implica en una historia que prometía ser tierna y mágica, pero que no ha
conseguido despertar mi interés más allá de unas primeras páginas que, aunque
lentas, presentaban a unos personajes que podían haber sido entrañables y que
no he sentido como tales. Unas primeras páginas de una historia que a mí,
sinceramente, ha terminado resultándome un tanto reiterativa y que he tenido que
obligarme a terminar de leer porque se trataba de una lectura conjunta. Porque
yo sí soy de las que abandonan lecturas cuando no me llenan, les doy mil
oportunidades, pero si finalmente no encuentro lo que busco no dudo en pasar al
siguiente libro.
Otro
aspecto que me ha sorprendido es el retrato que se hace de Mérida, ciudad en la
que se desarrolla la acción y que no tengo el gusto de conocer, pero de la que
he tenido la impresión en todo momento de ser un escenario deprimido tras otro.
Daba igual que estuviéramos en el barrio de Pedro, o en el río, o en cualquier
otro lugar, pero nada alrededor de Pedro y el elefante parecía indicar nada
bello, todo eran descampados, pabellones abandonados… Insisto en que no conozco
Mérida, pero es uno de esos lugares a los que siempre digo “tengo que ir” y con
este libro casi se me quitan las ganas.
Si
el desarrollo del libro no me ha convencido, no sé muy bien qué deciros sobre
un final que a pesar del tiempo transcurrido sigue dejándome descolocada cuando
pienso en él. Bien es cierto que era difícil salir del charco en el que el
autor se había metido y que probablemente sólo un final así era la opción que
más se ajustaba a una historia que como podéis ver no me ha llegado en ningún
momento.
Sin
duda “EO” cuenta con un planteamiento muy interesante, aunque no resulte
novedoso ya que son muchas las historias de niños y animales que nos ha traído
el cine y la literatura, pero en este caso se queda en ese planteamiento, sin
conseguir desarrollar lo que pretendía, sin conseguir imprimir en sus páginas
esa magia prometida.
Nunca
es fácil hacer reseñas que no son positivas, pero como siempre os digo en estos
casos, ésta no deja de ser simplemente una opinión personal que estoy segura
difiere totalmente de la de muchos otros lectores que sí disfrutarán de la
historia de “EO”.