Por más distancia que pueda mediar
entre sus anteriores obras y la España hostil que se nos presenta en Bajo
tierra seca no podemos negar que la esencia gellidista se respira en cada
página de este thriller rural que el pasado mes de enero se alzó con el Premio
Nadal 2024.
Tras el incendio de su hacienda, Antonio Monterroso, conocida como “La Viuda” desaparece y su capataz, Jacinto Padilla, es detenido cuando intentaba huir llevando consigo una bolsa llena de dinero y joyas. La Guardia Civil, comandada por el teniente Martín Gallardo y el sargento Pacheco, será la encargada de dilucidar lo ocurrido.
En esta ocasión el autor traza una
indiscutible protagonista femenina que no deja indiferente al lector. Una mujer
tan seductora y manipuladora como ambiciosa y con un odio exacerbado hacia los
hombres, que marca el destino y cambia la vida de todos aquellos que se cruzan
con ella y que está basada en una historia real acontecida en Estados Unidos.
Junto a Antonia Monterroso un amplio y potente elenco de personajes, la
mayoría de ellos con más sombras que luces, entre los que destaca el
teniente Martín Gallardo, un veterano de la Guerra de Filipinas atrapado en la
prisión de su adicción al opio. Un personaje herido, fiel a sus principios y tan
fuerte como vulnerable.
El autor adapta los hechos reales a la
idiosincrasia de nuestra tierra patria y nos traslada a la Extremadura de
principios del siglo XX. Una elección de escenario significativa con la que
aborda diversos temas como por ejemplo el caciquismo. El vehículo idóneo
para mostrar una diferencia de clases que va más allá de las posesiones para
adentrarse en el distinto valor de una vida humana cuando el que más posee
tiene el poder de decidir sobre ella. Significativo es también el momento
histórico escogido y de su mano nos adentramos en un país que aún vive el
duelo por la pérdida de las colonias y por la certeza de haber sido un imperio
que jamás volverá.
Como decía al principio el cambio respecto
a sus anteriores novelas no es óbice para que la esencia gellidista quede
impresa en cada página y en cada personaje, si bien en Bajo tierra seca nos
encontramos con un desarrollo más pausado y detallado que casi parece acomodar
al lector a lo largo de capítulos que entrelazan distintas historias y que
rompen continuamente la línea temporal, en ocasiones de forma un tanto
confusa, para volver al pasado e ir conociendo, poco a poco, con las dosis
justas de información siempre en el preciso momento, cómo ha llegado cada
personaje al lugar en el que está y, sobre todo, para que el lector conozca las
motivaciones de Antonia Monterroso.
Diálogos efectivos, descripciones
precisas, suspense contenido y violencia incontenible son los ingredientes que César Pérez Gellida
maneja con maestría y que hacen de Bajo tierra seca una novela tan intensa como
imprescindible.
Pues sin se yo gellidista, como ya te he comentado alguna vez (a pesar de todo llevo leídas seis novelas suyas con distinta suerte), ésta que hoy nos traes ya ha llamado mi atención Primero por el Premio Nadal, que es uno de los que aún mantienen un cierto prestigio (aunque haya habido algún premiado que me ha decepcionado, pero tal vez eso sea muy cosa mía) y segundo porque me atrae la época y esa ruptura con la línea temporal que para mí siempre es un plus.
ResponderEliminarUn beso.
Tiene muy buena pinta esta novela, pero tengo tres novelas del autor pendiente en la estantería, así que tardará en caer. A ver si le pongo remedio, que ya me vale...
ResponderEliminarBesotes!!!
Leí una de sus primeras novelas y no me gustó mucho, aunque es cierto que era otro género.
ResponderEliminarPor el momento, no me vuelvo a animar.
Un beso.
Pues mira, casi que agradezco una toque de brisa fresca, aunque su peculiar estilo siga estando ahí. Tiene buena pinta esta novela, así que trataré de echarle un ojo. Besos
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