Capítulo XVII: De donde se declara el último punto y extremo
adonde llegó y pudo llegar el inaudito ánimo de don Quijote, con la felicemente
acabada aventura de los leones.
Lo que me he podido reír con este capítulo y es que ya sabéis que
don Quijote ve aventuras y oportunidades de demostrar su valentía por todas
partes y, en esta ocasión, no tiene mejor idea que enfrentarse con leones. Sí,
leones, habéis leído bien y lo que sucedió entre ellos y nuestro caballero no
os lo voy a contar, tendréis que leerlo, pero sí os diré que, por una vez, no
acaba don Quijote mordiendo el polvo. Y es más, decide cambiar su nombre de el
Caballero de la Triste Figura, por el de el Caballero de los Leones.
Capítulo XVIII: De lo que sucedió a don Quijote en el castillo o
casa del caballero del Verde Gabán, con otras cosas extravagantes.
Tras la aventura con los leones llegan por fin a la casa del
caballero que les acompaña desde hace unos capítulos, dispuestos todos a
cobrarse su merecido descanso. Allí conocerán al hijo poeta, Lorenzo, que
recibirá de su padre el encargo de charlar con don quijote y dilucidar si es
loco o es cuerdo, produciéndose entre ellos una conversación muy interesante a
cuenta de la defensa que don Quijote hace de la caballería.
Capítulo XIX: Donde se cuenta la aventura del pastor enamorado,
con otros en verdad graciosos sucesos.
Tras pasar unos días en casa del caballero del Verde Gabán y
deleitarse con los versos de su hijo, emprenden de nuevo camino y en él se
encuentran con dos estudiantes y dos labradores a los que deciden acompañar a
una boda, hecho que da lugar a que se inicie una discusión sobre la
conveniencia o no de que cada cual elija quién ha de ser su cónyuge porque de
nuevo en este capítulo, como en tantos otros de la primera parte, nos
encontramos con la historia de alguien que sufre de mal de amores, en este caso
un tal Basilio, pastor pobre que ama a Quiteria, la que pronto se desposará con
otro de su misma clase y riqueza.
Capítulo XX: Donde se cuentan las bodas de Camacho el rico con el
suceso de Basilio el pobre.
Tras pasar don Quijote y Sancho Panza la noche al raso, puesto que
no quisieron entrar la noche anterior en el pueblo donde se celebrará la boda,
amanece y con el amanecer se empieza a sentir el ambiente de fiesta en el
pueblo y, sobre todo, a llenarse el aire de los manjares que se podrán catar en
la celebración.
Hasta allí se dirigirán ambos, Sancho pensando en todo lo que
podrá comer y don Quijote deseoso de saber cómo terminan las penas del pobre
Basilio.
Qué geniales estos dos, y que me pena me da no poder seguirles el paso esta vez. Menos mal que estás tú ;D. Abrazos.
ResponderEliminarTengo que ponerme con él, prometo hacerlo no dentro de mucho! 1beso!
ResponderEliminarUn ole por nuestro caballero de los leones! En estos capítulos las cosas le van muy bien.
ResponderEliminarBesotes!!!
Esta segunda parte me gusta incluso más que la primera
ResponderEliminarBesos