Un niño es hallado mientras vaga
desnudo por el campo toscano durante la noche. Asegura haber escapado de un secuestro.
La comisaria Valentina Medici se desplaza desde Roma para hacerse cargo de la
investigación cuando, días después, otro niño con un asombroso parecido al
primero, también desaparece. Comienza así una carrera contrarreloj en la que
Valentina se apoyará en Fabio Costa, un policía mal visto en el cuerpo, para
encontrar a ese niño al tiempo que inquietantes descubrimientos relacionados
con la obra de Caravaggio añaden intriga y oscuridad a la trama.
Un amplio elenco de personajes habita
las páginas de La condena de los vivos, aunque son los dos protagonistas
principales, Valentina y Fabio, quienes soportarán el peso de la narración.
Ella joven, guapa y de reconocido prestigio en su profesión. Él con un pasado
turbio, misterioso y complicado. Dos clichés al servicio del género, sin nada
nuevo que aportar ninguno de ellos. Tanto principales como secundarios perfilados
con unas breves y difusas pinceladas, tanto que en algunos diálogos es
realmente complicado tener claro quién está hablando en cada momento.
Con una prosa sencilla se desgranan
los más de ciento cincuenta capítulos que en general son muy breves y, a
menudo, repetitivos. Abusando además el autor del consabido e irritante truco
de anticipar que algo va a pasar sin que ello ocurra hasta bien avanzado el
capítulo siguiente. Truco que sin duda redunda en el detrimento de la tensión
narrativa de la cual prácticamente carece ya que a un buen y prometedor
comienzo le siguen páginas en las que prácticamente no sucede nada,
ralentizándose cada vez más el ritmo, hasta ofrecer al lector un falso
desenlace con el que dejarlo perplejo ya que aún restan más de la mitad de las
páginas por leer y es que sí, aún hay más. ¿Qué puedo decir? Un claro ejemplo
de que no con más páginas la novela va a ser mejor, sino todo lo contrario. Un buen
recorte le habría hecho un gran favor a un planteamiento original e interesante
que se pierde en inanes derroteros.
La condena de los vivos vuelve a coger
un poco de ritmo conforme nos acercamos al definitivo desenlace, pero de nuevo
vuelve a pinchar con un final abrupto en el que a pesar de cerrar la trama
principal quedan sueltos algunos cabos.
Sí consigue De Franchi crear una
atmósfera densa y perturbadora en la que el Mal con mayúsculas campa a sus anchas
y lo hace al tiempo que realiza una crítica social explorando temas tales como
la violencia contra los niños, la corrupción y la búsqueda de la justicia.
Mención aparte merece el tratamiento
que se da en la novela a la obra de Caravaggio, en este punto sí consigue el
autor despertar el interés del lector haciendo que, al menos en mi caso,
naciera la curiosidad por buscar las obras de las que nos habla.
Como veis luces y sombras, muchas
sombras, en una lectura que no ha terminado de dejarme buen sabor de boca, pero
como siempre os digo cuando una novela no es totalmente de mi gusto, que esto
no os desanime porque estoy segura de que muchos otros lectores habrán
disfrutado de La condena de los vivos.
Uf, me dejas fría porque lo tengo pendiente y veo que hay demasiadas sombras :/
ResponderEliminarPues no me sonaba, pero viendo tus peros, no creo que me anime.
ResponderEliminarBesotes!!!
¡Hola!
ResponderEliminarNo termina de convencerme, y menos sabiendo que utiliza en exceso el cliffhanger. Me pone muy nerviosa cuando los autores abusan de él. ¡Muchas gracias por tu reseña!
Nos vemos entre páginas
La vida de mi silencio
No me desanimo porque no estaba animada, no conocía la novela. Y mira que el planteamiento prometía, pero avanzando en tu reseña se me han quitado las ganas de apuntarla. Si encima es larga, prefiero ocupar el tiempo en algo que me satisfaga más.
ResponderEliminarUn beso.
Uff, pues uno menos. ¿No te parece que en el género está ya todo inventado? A mí, ya me cuesta encontrar una novela que me sorprenda. Besos
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