Aunque otra
novela de Karmele Jaio lleva demasiado tiempo en mis estanterías esperando su
turno, su última publicación llamó inmediatamente mi atención, tuve la
intuición de que sería una de esas novelas que me dejan huella y las opiniones
que fui leyendo sobre ella solo hacían que confirmármelo. Hoy os hablo de La
casa del padre.
Mi opinión
En La casa del
padre conoceremos a Ismael, un escritor de éxito bloqueado delante de la página
en blanco en la que debería estar tomando forma su nueva novela. Conoceremos a
su mujer, Jasone, una escritora en ciernes durante su juventud que olvidó sus
sueños tras su boda y la llegada de sus hijas, limitándose a ser la mejor
lectora cero y correctora de las novelas de Ismael, pero en la que algo ha
empezado a removerse en los últimos tiempos. Cuando la madre de Ismael debe ser
hospitalizada, este se hará cargo, hasta que llegue desde Berlín su hermana
Libe, feminista militante y mejor amiga de Jasone, del cuidado de su padre que no
anda demasiado bien de la cabeza.
Estructurada en
bloques de capítulos breves, dedicando cada bloque bien a Ismael, bien a Jasone
y, en menor medida, a Libe, La casa del
padre es una novela tan inteligente y cercana como ágil, tan ágil que, en
ocasiones, he debido obligarme a mí misma a echar el freno y no dejarme llevar
para disfrutar plenamente de una lectura que nos invita a una continua
reflexión a través de unos personajes
complejos y llenos de dudas e incluso incoherencias familiares para
cualquiera de nosotros, tanto que en más de una ocasión nos parecerá que es
nuestra voz la que ha tomado cuerpo en las páginas. Todos ellos comparten el peso de lo no dicho, lo
anhelado y callado que les inquieta y que les enfrenta a sus propias
contradicciones.
Los tres puntos
de vista que se nos ofrecen sobre un mismo y universal tema son tan antagónicos
como complementarios y para hacerlos llegar al lector Karmele Jaio utiliza el narrador en segunda persona que
interpela directamente en los capítulos dedicados a Ismael y Libe, y nos
reserva una poderosa voz en primera
persona para Jasone con la que sentiremos el dolor por haber postergado sus
sueños y por haber reducido su vida al papel de esposa y madre, que no por ser
importante ha de ser el único, y con la que viviremos un renacer en el que
reencontrarse con aquella que fue y, sobre todo, con aquella que un día quiso
ser.
Me ha
sorprendido muy especialmente Ismael, ese hombre que no entiende nada, que no
se identifica en ese “vosotros” que le escupe su mujer al más mínimo
enfrentamiento, que reclama su propio yo porque él no es “los hombres”, él es
solo un hombre, Ismael y no es malo, y aun así se siente atacado, él nunca ha
tratado mal a ninguna mujer y, a pesar de ello, se siente culpable ante las
mujeres, esas grandes desconocidas, sin tener muy claro el por qué. Y así, con
las discusiones con su mujer y con ese nuevo cometido que le ha encargado su
madre de cuidar a su padre, Ismael va tomando conciencia de la huella y las consecuencias que una
determinada educación han ido dejando generación tras generación.
Construye así
Karmele Jaio una novela sobre los roles de género, sobre la masculinidad y la feminidad que, a menudo de forma más pasiva que
activa, se transmiten a través de la familia y la sociedad. Roles que nos
encorsetan y atrapan en lo que debemos ser o hacer dependiendo de nuestro sexo
y dejando de lado lo que realmente queremos ser enfocándolo con dos familias
muy distintas, la de aquellos Ismael y Libe niños, y la que Ismael ha
construido junto a Jasone y sus hijas. Una novela que toca también otros temas
como el maltrato que no deja huellas físicas porque no hay golpes, pero que aun
así ata y mortifica como el que más. O la culpabilidad, muy presente también en
una narración que la aborda desde distintas perspectivas.
En definitiva, La casa del padre es una novela inteligente
y profunda sobre la construcción de la identidad como hombre y mujer que
invita a la reflexión del lector independientemente de su sexo. Una novela que
estoy segura de que no dejará indiferente a ningún lector. No os la perdáis.
Pinta bien lo que cuentas aunque no sé yo si tengo la cabeza para algo así. Quizás en vacaciones que ando más relajada, jaja
ResponderEliminarBs.
Hola Manuela, la verdad es que tiene muy buenas críticas y leyendo tu reseña, aún dan más ganas de leerla.
ResponderEliminarSaludos.
Este libro lo tiene mi compañero, pero creo que la reseña no va para el blog sino para revista, luego a lo mejor lo cojo yo y lo leo 😁🥰💋
ResponderEliminarNo suena mal por la crítica social que hay en el trasfondo de la novela. Me la apunto. Besos
ResponderEliminarBueno a mí ya me tenías convencida pero me reafirmo después de leerte, tengo que tener este libros entre manos cuanto antes.
ResponderEliminarBesos
Mucho hemos hablado de esta novela y seguro que lo seguiremos haciendo. Besos.
ResponderEliminarA pesar de lo que la has disfrutado a mi no me atrae nada de nada...seguramente me equivoque xD
ResponderEliminarUn beso!
La tengo bien apuntada. Aunque no sé si será pronto cuando la lea.
ResponderEliminarUn beso 😉
Yo no me acabo de ver con este título en este momento, quizás más adelante cuando tenga tiempo para reflexiones. Besos
ResponderEliminarCuando la vi anunciada se me pusieron los dientes largos, pero por ahora la tengo apartada. Quizá más adelante, aunque me gusta mucho lo que cuentas. Un beso.
ResponderEliminarHola,
ResponderEliminarsolo leo opiniones positivas de esta novela y sé que acabaré leyéndola pero ahora mismo lo cierto es que no me apetece una lectura así.
Un beso
La tengo pendiente de leer. ¡Qué ganas!
ResponderEliminarUn abrazo.
Concha y tú me habéis dejado clarísimo que tengo que leerla. Y mira que no me llamaba nada de primeras...
ResponderEliminarBesos
De esta autora me encantó "Las manos de mi madre", me removió muchos sentimientos.
ResponderEliminarY ahora me apetece mucho este libro que comentas, porque todos lo ponéis muy bien.
Un abrazo
Visto tu entusiasmo, es difícil ignorar esta novela. Tengo mucho acumulado en las estanterías, pero nunca está de más tener títulos en la recámara. Me la anoto. Abrazos.
ResponderEliminarPinta interesante, no descarto echarle un vistazo ^^
ResponderEliminarPero de la madre-hija lectora y te diré lo que a ella, que ya se intuía que este libro iba a dar para varios debates. Yo lo tendré muy en cuenta. Creo que me podría gustar. Besos
ResponderEliminarHola, Manuela. Me encantaría leerla, ya la tenía anotada y con tu reseña veo que es un acierto de lectura.
ResponderEliminarBesos y feliz noche.
Yo creo que al final no me animaré, pero porque prefiero no sumar demasiados libros de los que ya han entrado
ResponderEliminarBesos
Y qué preso está Ismael de esa educación, pero qué buen personaje y qué evolución tiene, eh?
ResponderEliminarBesos