30 de julio de 2018

Todas las familias felices - Mercedes de Vega


Cómo disfruté durante el verano de 2015 de la lectura de Cuando estábamos vivos, una novela intensa y emocionante en la que Mercedes de Vega aunaba su historia familiar y la ficción, así que cuando supe de su nueva novela, y aun sin conocer que retomaba de nuevo a los personajes de entonces y sus descendientes, no dudé en ningún momento que la leería. Hoy os hablo de Todas las familias felices.

Mi opinión


El 21 de diciembre de 1970, Tomás Anglada, un hombre felizmente casado con Rosa y padre de una niña pequeña, Teresa, salió de su casa con destino a Milmarcos en busca de sus raíces y nunca volvió. Criado en un hospicio regentado por monjas, donde fue abandonado en plena guerra civil, nunca ha tenido especial interés en conocer quién fue su familia, pero algo ha cambiado y se dispone a remover el pasado. Otra línea argumental nos llevará hasta 2003 donde Teresa Anglada, aquella niña que apenas conoció a su padre y que ha vivido desde entonces con el peso de la ausencia, tiene que afrontar la desaparición de su pequeña Jimena durante una visita al Museo Reina Sofía justo un 21 de diciembre treinta y tres años después de que su padre se esfumara sin dejar rastro. De forma residual la historia también retrocederá hasta los años 30 para ofrecernos una imagen completa de cómo comenzó una tragedia familiar que ya iniciado el siglo XXI continúa dando coletazos.

Mercedes de Vega ha vuelto a conquistarme con una historia apasionante llena de secretos y conflictos que se desarrolla con un ritmo pausado pero constante. La historia de una familia marcada por la tragedia desde varias generaciones atrás es el sostén de una novela cuyos temas principales son el peso del pasado y la búsqueda de la propia identidad, todo ello aderezado con grandes dosis de intriga y con la introducción de un elemento sobrenatural muy bien llevado e integrado en la trama. Todo ello con un estilo evocador y una prosa elegante, si bien debo decir que la novela necesita una corrección de fallos y errores de distinto tipo que espero sean subsanados en ediciones posteriores a la que yo he leído.

Con pequeñas, pero importantes, intervenciones directas o a través de los recuerdos, la autora retoma a algunos de los personajes de Cuando estábamos vivos y nos presenta, además, a sus descendientes, auténticos protagonistas de esta novela en la que de nuevo se aprecia el mimo y cuidado con el que han sido construidos unos personajes llenos de fuerza y vitalidad, intensos en sus emociones y firmes en su determinación. Son ellos los que, junto a una historia familiar y vital intensa y apasionante, hacen de Todas las familias felices una novela cuya lectura ha sido muy satisfactoria. Mención aparte merece el actual Museo Reina Sofía, antiguo Hospital Real de San Carlos, que se convierte en un personaje más. Un edificio que cuenta con cientos de leyendas y misterios de los que la autora se aprovecha para dar pie a ese elemento sobrenatural del que antes os hablaba.

Todas las familias felices es una novela que pone de relieve no solo el peso del pasado, sino también la importancia de los lugares, cómo forman parte de nuestra vida y cómo influyen en ella. De este modo, no solo el Museo Reina Sofía ocupa un lugar destacado en la novela, sino que otros lugares como El Templo de Debod, el monumento más antiguo de Madrid reconstruido piedra a piedra en el espacio donde se ubicó el Cuartel de la Montaña, y la Ciudad Lineal de principios del siglo XX, son ubicaciones de gran importancia e influencia en la vida de los personajes. Lugares reconocibles por muchos de nosotros que la autora recrea con acierto consiguiendo que nos traslademos hasta ellos a través de la palabra escrita.

En definitiva, he disfrutado con la lectura de Todas las familias felices y es que las novelas con secretos familiares, tragedias e intrigas y personajes potentes nunca fallan conmigo. Una novela que junto con Cuando estábamos vivos conforma una intensa saga familiar que recorre la historia del siglo XX y con la que la autora recupera parte de su historia familiar para, a partir de algunos hechos reales, ficcionar la trama principal de ambas novelas.

Ficha técnica


29 de julio de 2018

Resumen de junio


Si me descuido se acaba julio sin contaros cuáles fueron mis lecturas de junio y se me junta este resumen con el siguiente. Junio fue un mes realmente ajetreado en el que anduve dispersa, muy dispersa, y leí menos de lo esperado.

Libros leídos 


  1. El monasterio. Luis Zueco.
  2. Lejos del corazón. Lorenzo Silva.
  3. El Cuarto Mono. J.D. Barker.
  4. Las largas sombras. Elia Barceló.
  5. Cornelia. Florencia Etcheves.

No fueron muchas pero lo más importante es que todas fueran satisfactorias. Además, en contra de lo habitual, están todas reseñadas, cosa que no va a suceder con las de julio, un mes que ya os anticipo se me ha dado genial y eso que estuve dos semanas de vacaciones y yo, al revés de lo que suele ser habitual, leo menos.



27 de julio de 2018

La maleta de Ana - Celia Santos


En 1960 España y la República Federal de Alemania firmaron un acuerdo de contratación. Alemania contaba con una creciente industria que precisaba mano de obra y España era un país con pocas oportunidades, donde el trabajo escaseaba y el futuro era incierto, de forma que miles de personas salieron de nuestro país con destino a esas fábricas. Este es un tema que, aunque se toca de forma secundaria en muchas novelas, no es habitual como tema principal y es por eso que me llamó tanto la atención la novela de la que os hablo hoy, La maleta de Ana.

Mi opinión


Ana vive en un pequeño pueblo de la provincia de Ávila. Corren los años sesenta y las oportunidades son pocas, el dinero escasea, no hay trabajo y el futuro solo parece apuntar hacia Alemania. Ana ha conseguido un contrato en una fábrica de Colonia y con mucho dolor y más miedo parte hacia allí, a trabajar lo que haga falta para poder enviar dinero a casa y a intentar labrar un futuro mejor para ella y sus padres y hermanos pequeños que quedan en casa. De forma paralela y en los años actuales, conoceremos a Cora, una profesional de éxito que ha visto como en poco tiempo su mundo se ha derrumbado y ha salido huyendo sin ningún destino concreto para venir a recalar a un pequeño pueblo de la Costa Brava, donde conocerá a La Alemana, una anciana que le relatará su vida.

En La maleta de Ana, Celia Santos utiliza la técnica del relato dentro del relato para meternos de lleno en el miedo y la soledad de aquellos que llegaron sin conocer a nadie y sin una mínima noción del idioma a un país que no siempre los trató bien. Las precarias condiciones de vida y de trabajo desfilan ante nuestros ojos mientras marcan la existencia y el día a día de aquellos que solo en la camaradería y la amistad encontraban cierto alivio. Son precisamente estas condiciones las que hacen que Ana evolucione de la tímida y temerosa chica que salió de su pueblo hacia una mujer fuerte y dispuesta a luchar por sus ideas y, sobre todo, por mejorar la vida de todos aquellos que se encuentran en su misma situación.

De esta forma La maleta de Ana, alternando presente y pasado, se convierte en una novela de lucha y supervivencia, pero también en una novela de amistad y amor. Aunque la historia principal es la de Ana, no podemos olvidar el momento vital que vive Cora en el presente, aunque he de decir que en esta ocasión me ha costado más meterme en esa parte de la novela que, a pesar de actuar como algo más que un simple hilo conductor del pasado, me ha resultado ajena con unos personajes meramente esbozados a los que no he sentido cercanos. Tampoco en los personajes que vivirán en Alemania se profundiza demasiado y, salvo en el caso de la protagonista, si algo he echado en falta en la lectura ha sido precisamente una mayor implicación emocional en una historia que si bien he disfrutado creo que podría haber dado más de sí.

Narrada con un estilo sencillo y una prosa fluida estamos ante una novela que se lee sin apenas esfuerzo y en la que se aprecia lo que sin duda ha debido ser un arduo trabajo de documentación para una autora que cambia la literatura infantil para ofrecernos una novela que nos acerca a un episodio clave de nuestra historia más reciente.


En definitiva, La maleta de Ana es una novela agradable de leer que echa la vista atrás a nuestro pasado para narrarnos la vida de los que durante los años sesenta y setenta tuvieron que abandonar nuestro país. Un homenaje a todos aquellos, especialmente a las mujeres, que no dudaron en marchar a miles de kilómetros de sus hogares como única opción para conseguir un futuro mejor.

Ficha técnica




25 de julio de 2018

La novia gitana - Carmen Mola


No podía faltar entre mis lecturas veraniegas esa novela de la que todo el mundo habla desde su publicación y, ahora que puedo hablar con conocimiento de causa, añado que con toda la razón porque la he disfrutado de principio a fin y apenas ha durado unos pocos días entre mis manos. Hoy os hablo de La novia gitana.

Mi opinión


El cadáver de Susana Macaya, mitad paya mitad gitana, ha aparecido en la Quinta de Vista Alegre. Aunque los primeros en llegar son los efectivos de la comisaría de Carabanchel, distrito al que pertenece la finca, dada la peculiaridad del asesinato el caso será asignado a la BAC, Brigada de Análisis de Casos, un equipo especial del que todos han oído hablar, pero pocos conocen en realidad, bajo el mando de la inspectora Elena Blanco.  A ellos se unirá el subinspector Zárate de la mencionada comisaría de Carabanchel como deferencia por haber sido el primero en acudir al lugar del crimen.

A través de un narrador en tercera persona y siguiendo el esquema habitual de un thriller, La novia gitana es una de esas novelas que una vez comienzas a leer no puedes parar a pesar de que ciertas escenas revolverán el estómago a más de un lector con su crudeza y realismo y es que a la autora no se le puede negar la facilidad con la que consigue que el lector vea las imágenes que dibuja con sus palabras. Carmen Mola alterna el relato de la investigación que se está llevando a cabo, salpicado de subtramas personales y giros que acrecientan el interés y se encargan de generar múltiples dudas, con otros pocos capítulos que introducen cada una de las cinco partes en las que se subdivide la novela, diferenciados del resto por su tipografía y que resultarán determinantes para la resolución final de caso, actuando como las piezas que nos faltan para completar el puzle diabólico al que nos invita a jugar la autora. A lo largo de la lectura y conforme avanzamos en ella se nos van dando resoluciones más que solventes en cada etapa de la investigación mientras la autora nos hace dudar de todo y de todos, nos hace llegar casi a la seguridad de tener la respuesta para volver a desarmarnos con un giro que nos desbarata todas las teorías.

Un buen puñado personajes se pasean por las páginas de la novela y, a pesar de que no se libran de ciertos tópicos trillados ya en el género, como es el caso de la inspectora eficaz y profesional, atormentada por el pasado y con ciertas adicciones tanto alcohólicas como sexuales, llamada según parece a repetir clichés masculinos. En cualquier caso, tanto protagonista como resto de personajes son creíbles y funcionan gracias a que están perfectamente dibujados por medio de sus papeles, sin necesidad de recurrir a la solución facilona de contarnos las cosas en lugar de mostrarlas con sus actitudes y diálogos y tratando a través de ellos diversos temas como el racismo, la cultura gitana, el alzhéimer, la homosexualidad, la vida en prisión…

Si algo caracteriza a La novia gitana es su ritmo endiablado que por momentos se torna trepidante y que solo en el desenlace se ralentiza provocando que se alargue en demasía el cierre, aunque el final definitivo del libro, ya ajeno a la trama resuelta y cerrada, bien merece la pena ese exceso (final que por cierto augura nuevas entregas de Elena Blanco). Sea como sea estamos ante una de esas novelas que te atrapa en las primeras páginas y que no puedes soltar hasta que lo terminas totalmente involucrado en la investigación. El excelente manejo de la tensión narrativa del que Carmen Mola hace gala a y el pulso firme con el que lleva la narración me llevan a preguntarme, dado que desconocemos la identidad real de la autora o autor de libro, si se trata de su primera novela dada la seguridad y determinación con la que se desarrolla una trama perfectamente urdida que juega con el lector pero que no hace trampas ni necesita sacar conejos de la chistera para sorprenderlo.

En definitiva, La novia gitana es una novela muy negra y tremendamente adictiva que no dudo en recomendaros. Una novela con la que disfrutar de buenos personajes y una trama sólida, bien desarrollada y perfectamente resuelta y con la que Carmen Mola le da una vuelta de tuerca al género así que sí, no sé quién es Carmen Mola y lo cierto es que me da igual, solo sé que quiero más.

Ficha técnica


23 de julio de 2018

Cornelia - Florencia Etcheves


Esta novela llamó mi atención en cuanto la vi entre las novedades y si no me lancé a por ella fue por la acumulación de lecturas pendientes, pero un correo más que entusiasta hablándome de ella y ofreciéndome su lectura fue suficiente para que me pusiera con ella en cuanto la tuve entre mis manos y el resultado no pudo ser mejor. Hoy os hablo de Cornelia.

Mi opinión


Cornelia Villalba desapareció con 15 años durante un viaje de estudios en la Patagonia junto a una profesora y cuatro compañeras más. De ella solo se encontró una cadena que siempre llevaba consigo. Diez años después, tras un funeral en su memoria, una de sus compañeras, Manuela Pelari, ahora policía, retomará su búsqueda a la vez que se enfrenta a sus propios fantasmas. Nada más quiero contar sobre el argumento de esta novela que en su dedicatoria nombra al movimiento #NiUnaMenos, surgido en Argentina, país natal de la autora, en 2015 para denunciar y protestar contra la violencia hacia las mujeres.

Florencia Etcheves, periodista especializada en casos policiales, marca su estilo en una novela escrita con rigor y fluidez, con un lenguaje sencillo y directo y un estilo pulido en el que no hay nada accesorio que nos distraiga de su tema único y principal, y es que Cornelia, a través de unos personajes femeninos llenos de fuerza e inolvidables, nos habla de una realidad cruel y brutal: la violencia y la trata de mujeres. Lo hace sin ahorrar al lector detalles que ponen los pelos de punta, sin tapujos pero sin recrearse nunca en lo escabroso mientras expone ante nuestros espantados ojos la violencia física y mental, la anulación total y absoluta de la voluntad de otra persona que ya nunca volverá a ser la que fue porque aunque vuelva, aunque escape de las garras que la aprisionan, será para siempre un ser devastado.

“50 kilos de coca no son tan rentables como 50 kilos de mujer. La coca se acaba. La mujer no. La podrás usar, usar y usar...”

Florencia Etcheves pone la vista no solo en la víctima sino también en el verdugo, se mete en su mente y la acompañamos para entrar en sus razonamientos, en sus intereses, en su absoluto desprecio ante el ser humano en general y la mujer en particular, que es tan solo una mercancía con la que enriquecerse, una mercancía que no se acaba, como la droga, solo se va deteriorando y perdiendo valor hasta que termina siendo más rentable deshacerse de ella que seguir manteniéndola.

Con un adecuado equilibrio entre narración y diálogos y a través de capítulos cortos que invitan a continuar la lectura sin descanso, la autora hace gala de un magnífico control de la tensión narrativa, dosificando la información y consiguiendo que la intriga crezca conforme avanzamos hasta un desenlace sorprendente y muy satisfactorio que literalmente me dejó con la boca abierta y que termina de poner de relieve la máxima crueldad de todo lo leído. Uniendo entretenimiento y denuncia, Cornelia es una de esas novelas que no puedes parar de leer alentado por la alternancia de tiempos en la narración, el presente para la investigación que se lleva a cabo en la actualidad y el pasado de los hechos acontecidos diez años atrás y, aunque ciertamente es la tercera entrega de una serie de novelas, hecho que yo conocí de casualidad casi terminando la lectura, que esto no os frene a la hora de animaros con ella ya que, aunque el hilo conductor de la serie es la pareja investigadora, los casos son autoconclusivos y pueden leerse de forma totalmente independiente.

En definitiva, Cornelia es una novela desgarradora que aborda sin miedo y sin prejuicios, a través de unos personajes potentes e inolvidables, la crueldad y brutalidad de la trata de mujeres. Una novela en la que la violencia campa a sus anchas y que se finaliza con el convencimiento de que todo lo narrado nos puede pasar a cualquiera. Por cierto, que hay película y  espero que no tarde en estrenarse en España.

Ficha técnica


17 de julio de 2018

Ganador de La espía de Franco


Ya tenemos el nombre de la persona que disfrutará de la lectura de La espía de Franco de Basilio Trilles y el flamante ganador de un ejemplar y es...

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¡Felicidades, Clara! Necesito tus datos postales y número de teléfono para que la editorial te haga llegar el ejemplar. Como ya sabes para ello preciso de tu consentimiento expreso por lo que en el correo que envíes a entremislibrosyo@gmail.com debes incluir el siguiente texto:

"Doy mi consentimiento al tratamiento de los datos que proporciono en este correo con el único fin de recibir el premio de este sorteo, un ejemplar de La espía de Franco de Basilio Trilles, y acepto que estos sean cedidos a la editorial encargada del envío."

El resto no olvidéis visitar De lector a lector por si habéis sido afortunados con allí.

¡Gracias a todos por participar!



2 de julio de 2018

Esta semana leo... #247

Hoy no es un lunes más porque además de contaros que mi actual lectura es El beso de Tosca de Nieves Abarca y Vicente Garrido, os cuento que me tomo un pequeño descanso de dos semanas. Me hubiera gustado dejar entradas programadas y esas cosas, pero durante la última semana casi no he tenido tiempo ni de respirar así que nos vemos a la vuelta, por desgracia para mí dos semanas pasan volando y desde hoy ya estoy descontando estos días que pienso exprimir al máximo.

En mi maleta se han venido, además de la novela que leo ahora, otras diez. No, no tengo intención de leerlas todas, con un par me conformo porque en vacaciones siempre leo mucho menos, pero como últimamente me cuesta tanto decidirme cada vez que me toca comenzar lectura no quería que el momento me pillara con pocas alternativas.

Disfrutad al máximo. Nos vemos a la vuelta.