En 1960 España y
la República Federal de Alemania firmaron un acuerdo de contratación. Alemania
contaba con una creciente industria que precisaba mano de obra y España era un
país con pocas oportunidades, donde el trabajo escaseaba y el futuro era
incierto, de forma que miles de personas salieron de nuestro país con destino a
esas fábricas. Este es un tema que, aunque se toca de forma secundaria en
muchas novelas, no es habitual como tema principal y es por eso que me llamó
tanto la atención la novela de la que os hablo hoy, La maleta de Ana.
Mi opinión
Ana vive en un
pequeño pueblo de la provincia de Ávila. Corren los años sesenta y las
oportunidades son pocas, el dinero escasea, no hay trabajo y el futuro solo
parece apuntar hacia Alemania. Ana ha conseguido un contrato en una fábrica de
Colonia y con mucho dolor y más miedo parte hacia allí, a trabajar lo que haga
falta para poder enviar dinero a casa y a intentar labrar un futuro mejor para
ella y sus padres y hermanos pequeños que quedan en casa. De forma paralela y
en los años actuales, conoceremos a Cora, una profesional de éxito que ha visto
como en poco tiempo su mundo se ha derrumbado y ha salido huyendo sin ningún
destino concreto para venir a recalar a un pequeño pueblo de la Costa Brava,
donde conocerá a La Alemana, una anciana que le relatará su vida.
En La maleta de
Ana, Celia Santos utiliza la técnica del
relato dentro del relato para meternos de lleno en el miedo y la soledad de
aquellos que llegaron sin conocer a nadie y sin una mínima noción del idioma a
un país que no siempre los trató bien. Las precarias condiciones de vida y de
trabajo desfilan ante nuestros ojos mientras marcan la existencia y el día a
día de aquellos que solo en la camaradería y la amistad encontraban cierto
alivio. Son precisamente estas condiciones las que hacen que Ana evolucione de
la tímida y temerosa chica que salió de su pueblo hacia una mujer fuerte y
dispuesta a luchar por sus ideas y, sobre todo, por mejorar la vida de todos
aquellos que se encuentran en su misma situación.
De esta forma La maleta de Ana, alternando presente y
pasado, se convierte en una novela de lucha y supervivencia, pero también en
una novela de amistad y amor. Aunque la historia principal es la de Ana, no
podemos olvidar el momento vital que vive Cora en el presente, aunque he de
decir que en esta ocasión me ha costado más meterme en esa parte de la novela
que, a pesar de actuar como algo más que un simple hilo conductor del pasado,
me ha resultado ajena con unos personajes meramente esbozados a los que no he
sentido cercanos. Tampoco en los personajes que vivirán en Alemania se profundiza
demasiado y, salvo en el caso de la protagonista, si algo he echado en falta en
la lectura ha sido precisamente una mayor implicación emocional en una historia
que si bien he disfrutado creo que podría haber dado más de sí.
Narrada con un
estilo sencillo y una prosa fluida estamos ante una novela que se lee sin apenas esfuerzo y en la que se aprecia lo que
sin duda ha debido ser un arduo trabajo de documentación para una autora
que cambia la literatura infantil para ofrecernos una novela que nos acerca a
un episodio clave de nuestra historia más reciente.
En definitiva, La maleta de Ana es una novela agradable de
leer que echa la vista atrás a nuestro pasado para narrarnos la vida de los
que durante los años sesenta y setenta tuvieron que abandonar nuestro país. Un
homenaje a todos aquellos, especialmente a las mujeres, que no dudaron en
marchar a miles de kilómetros de sus hogares como única opción para conseguir
un futuro mejor.
A mí también me llamó la atención su temática, pero debo recortar por algún lado y este lo dejo ir.
ResponderEliminarBesos
Pues yo me la apunto, me ha llamado la atención su temática y la época me encanta ^^
ResponderEliminarMe llama la atención lo que nos cuentas sobre este libro que no conocía ¡Gracias!
ResponderEliminarportada sugerente....y temática que podría ser actualidad
ResponderEliminarUn tema interesante, y es cierto que poco tratado en novelas. También un buen recordatorio de que los españoles en algún momento han sido emigrantes, tal vez si nos acordásemos más a menudo tendríamos más empatía con las personas que pasan por la misma situación hoy en día.
ResponderEliminarUn abrazo
¡Ay sí sí, sí que sí! este lo quiero leer, lo tengo ya notado me apetece muchísimo y además de leerlo yo, es que lo quiero para mi hermana que le va a encantar -no solo porque se llame Ana- sino porque sé que el tema le va a atraer muchísimo ¡lo quiero lo quiero lo quiero!
ResponderEliminarBesos 💋💋💋
Es una de las lecturas que tengo previstas para las vacaciones. Ya veremos, no sé si me va a dar tiempo a leer tanto. Besos.
ResponderEliminarCreo que no me animaré, Carol también coincidía en esa falta de emoción así que este lo dejaré pasar ;)
ResponderEliminarBesitos
La temática me llama, pero esa carencia de emoción... No sé. Si se cruza puede que me anime.
ResponderEliminarBesotes!!!
Ay la tengo pendiente y me atrae mucho porque mi suegra lo vivió en primera persona aunque vaya me esperaba un poco más!
ResponderEliminarUn beso!
Estoy de acuerdo contigo. Me ha faltado intensidad o empatíia con los perosnajes. Lo que más me ha gustado ha sido la parte que nos habla de las condiciones de trabajo de los españoles en Alemania.
ResponderEliminarA mi la parte del presente me ha sobrado pero la del pasado me ha gustado mucho
ResponderEliminarBesos
Me gusta lo que comentas, me lo llevo apuntado =)
ResponderEliminarBesotes
He leído alguna otra reseña que me ha hecho tambalear. Me quedo con tus impresiones finales que la leeré en vacaciones. Besos
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