Hace unos días
comentaba con una amiga, bloguera también para más datos, lo complicado que
puede ser reseñar a un autor, no ya del que lo has leído todo, sino que te ha
hecho flipar con todas y cada una de sus novelas porque ¿qué más podíamos decir
que no hubiéramos dicho ya en alguna de las doce ocasiones anteriores?
Pero pensándolo
bien puede ser hasta fácil, no tengo que esforzarme demasiado ni intentar conseguir
sorprender a nadie asiduo a este espacio diciéndole a estas alturas que César
Pérez Gellida se pasa eso de los listones por donde haga falta porque una y
otra vez se supera y nos regala a sus fieles lectores otra de esas novelas que
lo han catapultado a la cima de la novela negra española. Pérez Gellida es uno de esos
autores que demuestran, publicación tras publicación, que el entretenimiento
y la calidad narrativa van de la mano cuando es él quien se sienta delante del teclado
y saca las armas de matar y las de mucho sangrar y para muestra la cubierta del
novelón que nos ocupa hoy, Nos crecen los enanos.
Lo cierto es que
hoy lo que no me apetece demasiado es hablaros de la trama, basta con que
sepáis que va de un escritor asesino, un personaje tan bien dibujado que pone
los pelos como escarpias y, lo que es peor aún, un personaje que me tuvo
toda la lectura imaginando al propio autor ejecutando sin ton ni son los mismos
asesinatos que luego plasmaría en sus novelas. Lo siento, César, creo que
me va a costar mucho dejar de imaginarte… En fin, mejor sigamos con esa trama
de la que sí os cuento que es tan sólida como original, excesivamente dura en
ocasiones y con una puesta en escena tan visual que el lector se adentra en
sus páginas y se sitúa en el centro de la acción como un personaje más por
mucho que quiera evitarlo y salir de allí corriendo.
Un personaje más
de esos que vuelven a ser uno de los puntos fuertes del autor, bien dibujados y
mejor caracterizados, especialmente, cómo no, el asesino. En serie, para más datos,
con una espeluznante tendencia a obtener su propio placer a través del dolor
ajeno, desconocedor absoluto de la más mínima empatía y amante de sí mismo por
encima de todo. Inevitable para sus lectores habituales recordar a Augusto
Ledesma (los que me conocéis sabéis que no hay para mí otro personaje como él)
e inevitables las comparaciones. En este aspecto el autor, en su nota final,
nos deja un apunte con una intención que no os desvelaré, pero aquellos que ya
habéis leído la novela estaréis de acuerdo conmigo en que la prueba ha sido
superada y con nota.
Capítulos
encabezados por títulos circenses adaptados a la literatura y continuos cambios
de personajes y escenarios comenzando el párrafo con las palabras que finalizaron
el anterior, nos introducen en una historia tan violenta como estremecedora
en la que, una vez más, se palpa a cada página la intensa labor de documentación
que el autor lleva a cabo para que todo se adecúe a la realidad y todo ello sin
perder un ápice de tensión narrativa aderezada por los giros justos en el
momento adecuado y, sobre todo, sin engañar al lector y es que el autor no
necesita sacar conejos de la chistera cuando sencillamente lleva haciéndonos el
lío desde la primera página.
No me quiero
enrollar más, solo me queda deciros que el espectáculo circense que César
Pérez Gellida nos ha preparado se va derecho a mis mejores lecturas del año.
Nos crecen los enanos es un novelón y ya van…
Cómo se nota que lo has disfrutado un montón. Ays, que tengo pendiente aún libros anteriores dle autor en la estantería. A ver si logro hacerles hueco.
ResponderEliminarBesotes!!!
También estará entre mis mejores lecturas del año, y es que César nunca defrauda. Besos
ResponderEliminarY yo sin estrenarme con el autor....
ResponderEliminarMuy buena reseña 👏👏 Estoy contigo en varias cosas: es imposible no imaginarse al calvo en el papel del asesino malvado, esa mente enfermiza y malévola, por favor, q caracterización tan buena tiene el personaje. La otra cosa es q yo también siento una debilidad absoluta hacia Augusto Ledesma, q cosas eh? 🤭 Fan absoluta del género Gellida.
ResponderEliminarHe leído que junto a La suerte del enano y Astillas en la piel, esta novela forma una trilogía y que conviene leer las tres novelas en orden. ¿Es cierto? Es para saber si leo esta directamente o empiezo por la primera. También tengo pendiente Todo lo peor, después de lo mucho que me gustó Todo lo mejor, pero es que una no da abasto.
ResponderEliminarUn beso.
¡Hola cielo!
ResponderEliminarPues así por lo que cuentas tiene muy buena pinta pero no es de mis género preferidos y me cuesta mucho leer suspense y thiller por lo que lo dejo pasar, pero igual en un futuro quizás acabe por leerlos, nunca se sabe.
Gracias por la reseña, un besote enorme.
Jajaja. Yo en este caso no me he imaginado a César con el arma en la mano porque para mi Augusto Ledesma es César (mil perdones, César). De hecho, cuando vea la película y no la protagonista él..., ains
ResponderEliminarNada que añadir a todo lo que hemos hablado. Besos.
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