24 de mayo de 2015

Leemos El Quijote - 2ª parte: Capítulos XXI, XXII, XXIII y XIV


Capítulo XXI: Donde se prosiguen las bodas de Camacho, con otros gustosos sucesos.

Y continuamos en la boda de Camacho y Quiteria donde por sorpresa aparece el despechado Basilio que, a través de todo un alarde de valentía e ingenio, y contra todo pronóstico, consigue salirse con la suya y casarse con la bella novia.
Evidentemente esto no hace mucha gracia al rico Camacho, pero finalmente y gracias a la intercesión de don Quijote el asunto se calma y los invitados de parte del novio continúan con la celebración de una boda que no llegó a producirse, mientras que Basilio y Quiteria, junto con sus amigos y acompañados de don Quijote y Sancho Panza, se vuelven a su aldea para celebrar su amor.


Capítulo XXII: Donde se da cuenta de la grande aventura de la cueva de Montesinos, que está en el corazón de la Mancha, a quien dio felice cima el valeroso don Quijote de la Mancha.

Tras pasar unos días de descanso y fiesta a cuenta de los recién casados, don Quijote y Sancho Panza se ponen de nuevo en camino, esta vez acompañados por un guía que les llevará hasta la cueva de Montesinos, lugar que don Quijote tiene mucho interés en conocer.

Ayudados por una soga a la que atan a don Quijote, Sancho Panza y el guía le ayudarán a bajar a la cueva. Pasado un tiempo prudencial deciden izarle de nuevo y cuál será su sorpresa cuando don Quijote vuelve dormido y al despertar pide algo de comer antes de contar las maravillas que ha visto.


Capítulo XXIII: De las admirables cosas que el extremado don Quijote contó que había visto en la profunda cueva de Montesinos, cuya imposibilidad y grandeza hace que se tenga esta aventura por apócrifa.

Por el título del capítulo ya os podéis imaginar que poca credibilidad se da lo que don Quijote contó que había visto abajo y no sólo porque aun habiendo transcurrido una hora desde que bajó él creyera haber pasado tres días, sino porque la historia que cuenta incluye haber estado de charla con el propio Montesinos y haber visto allí abajo a su amada Dulcinea.


Capítulo XXIV: Donde se cuentan mil zarandajas tan impertinentes como necesarias al verdadero entendimiento desta grande historia.

Comienza el capítulo con una aclaración del traductor sobre lo acontecido en el capítulo anterior y es que el asunto no es para creerlo a pies juntillas. Y continúa con nuestros amigos poniéndose de nuevo en camino para dirigirse a una venta que, por una vez y para gran sorpresa de Sancho Panza, don Quijote no tomará por Castillo, sino por lo que realmente es.

6 comentarios:

  1. Gracias, otra vez, por "devolverme" a estos amigos. Abrazos.

    ResponderEliminar
  2. Le has dado un buen empujón
    Besos

    ResponderEliminar
  3. Cómo os admiro con esta lectura. Para mi en estos momentos es impensable ponerme con el Quijote, pero está claro que la forma de leerlo entero es como lo estáis haciendo, poco a poco. Ánimo.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  4. Que grata sorpresa que don Quijote no la lie creyendo ver castillos!
    Besos

    ResponderEliminar
  5. Un buen empujón!
    Besotes!!!

    ResponderEliminar

¡ Gracias por tu comentario !

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...