Hace tan solo unos días que se publicó esta novela que yo he
tenido la suerte de poder leer un poco antes de su salida a la venta, además de
haber tenido la oportunidad de charlar con su autora en un encuentro que muy
pronto os contaré. Hoy os hablo de El color de la luz.
Mi opinión
Blanca Luz Miranda
es el nombre de una empresaria de éxito que deja a todos atónitos cuando
adquiere, en subasta pública, un cuadro del pintor Martín Pendragón por un
precio exorbitante. Desde ese momento una periodista española afincada en Nueva
York que está cubriendo la subasta no cejara en su empeño de conocer qué se
esconde tras esa adquisición, más aún cuando investigando sobre la compradora
descubre una entrevista de años atrás en la que Blanca Luz manifiesta que su
único objetivo para ganar dinero es el de comprar arte.
Comienza así una
historia de marcado carácter intimista en la que conoceremos a la
protagonista desde su juventud, donde ya adivinaremos su carácter caprichoso y
voluble, haciendo de ella un personaje con el que tengo que confesar que me ha
costado muchísimo empatizar. Tanto como le cuesta a la periodista encargada de
contar su historia, una historia que esconde secretos y culpas y una
relación amorosa entre Blanca Luz Miranda y Martín Pendragón tortuosa,
llena de encuentros y desencuentros, y lastrada por un no saber querer incluso
cuando se ama.
De forma paralela a
esta historia de amor el lector asiste también a la historia del siglo
XX viajando desde una pequeña ciudad de provincias española hasta el
París de los locos años 20, pasando por la Segunda Guerra Mundial y volviendo a
nuestro país con la Guerra Civil. En todo este recorrido, el arte forma parte
fundamental de la novela, tanto en el aspecto de la expresión artística en sí
misma como a la hora de mostrar cómo es el difícil camino que lleva a unos
pocos elegidos hasta el éxito. Una de las partes más interesantes de la novela
es precisamente la época en la que Martín Pendragón comienza a dar sus primeros
pasos en París, rodeado de principiantes como él que, aun pasando hambre, no
renuncian a sus sueños. Es aquí donde más se aprecia la que sin duda ha sido una
ingente labor de documentación por parte de la autora que salpica la ficción
con hechos históricos y anécdotas reales de conocidos
artistas y otras personas relacionadas de un modo u otro con el mundo del arte.
Junto a los dos
protagonistas y su amor, el arte es el otro gran protagonista de la novela,
representado en toda la obra de Martín Pendragón desde sus inicios y, muy
especialmente, en el cuadro que Blanca Luz adquiere y que actúa no solo como
hilo conductor y como luz que ilumina toda la narración, sino como símbolo de
la pesada carga que arrastra la protagonista e imagen de un perdón necesario
para cerrar viejas heridas.
La estructura de lo
novela se basa en dos tiempos narrativos, el presente y el pasado narrado por
Blanca Luz ayudada de numerosas cartas. Marta Quintín maneja con
soltura los saltos temporales, pasando de un momento a otro, y de un
narrador protagonista a un narrador omnisciente, sin confusión alguna, y
haciendo hace gala de una gran riqueza de vocabulario y una prosa muy
trabajada y profundamente descriptiva, tanto de los escenarios como
especialmente de las emociones, pensamientos y sentimientos que invaden a los
personajes. Esto hace que El color de la luz requiera una lectura pausada y
atenta dada la abundancia de descripciones exhaustivas con un marcado uso de
oraciones subordinadas. Los diálogos, aunque escasos, están trabajados con
cuidado, adaptándose el lenguaje a la época en la que viven los personajes y
evolucionando de forma natural en el tiempo.
En definitiva, El
color de la luz es una novela con una gran historia de amor que nos
habla de culpa y arrepentimiento y de arte como una forma de cura y
esperanza a la vez que nos pasea por la historia del siglo XX. Marta Quintín es
sin duda una joven autora a la que habrá que seguir la pista de nuevas
publicaciones.
Pues sin ser el estilo de novela que más me gusta, me ha recordado un poco a otras que me llenaron mucho en su momento (me viene a la mente "Azul Vermeer", por ejemplo). La leería con gusto.
ResponderEliminarBesos.
Sí, habrá que estar muy atentos a su próxima novela
ResponderEliminarYo no termino de animarme con esta novela,creo que no la disfrutaría del todo viendo lo que nos cuentas.
ResponderEliminarUn beso
Pues pinta muy bien y creo que podría gustarme mucho, me la anoto y si aligero un poco me haré con ella.
ResponderEliminarUn beso ;)
A mí creo que me ha gustado un poco menos que a ti, quizás por cuestión de expectativas esperaba más de ese recorrido que mencionas a lo largo del siglo XX y de la historia de Blanca para conseguir ser una mujer de éxito y comprar un cuadro de ese precio... y sí, creo que sobre todo es una historia de amor en la que yo tampoco he conectado con la protagonista.
ResponderEliminarUn beso
Ahora mismo no es la clase de libro que me apetece pero me lo apunto para más adelante o incluso para regalar :D
ResponderEliminarNo me van mucho estas historias de amor y menos en la época que esta ambientada, así que la dejo pasar. Besos
ResponderEliminarHola! La verdad es que conocer a Marta fue un aliciente más para ponernos cuanto antes a leer esta historia. Nos alegra ver que la has disfrutado. Tiene todos los ingredientes para ser una novela inolvidable.
ResponderEliminarUn beso
Es la segunda reseña que leo hoy de la novela y por lo que contáis voy a tener que leerla.
ResponderEliminarBesos
Pues me la voy a tener que llevar...ya verás como al final acabo arruinada, en La calle y empujando un carrito de Mercadona, eso si, lleno de libros...😂
ResponderEliminarBesitos solete 💋💋💋
No me llamaba especialmente la atención y sigue sin hacerlo; además no soy aficionada al arte y si está muy presente en la novela sé que no la voy a disfrutar así que hoy la dejo pasar, lo que es un alivio ;)
ResponderEliminarUn beso
En esta ocasión la historia no me llama suficiente como para sumar el montón de pendientes.
ResponderEliminarBesos
Beatriz está con ella y me anticipa que me gustará. Veo que va a ser una autora a tener en cuenta. Besos.
ResponderEliminarAunque tenga un ritmo lento, a mí el arte me apasiona, así que lo leería sin dudarlo.
ResponderEliminarBesitos
Me gusta la época y el trasfondo del mundo del arte. Lo que no me convence tanto es que sea de lectura pausada, al menos para estos momentos. Así que lo pensaré
ResponderEliminarBesos
Esa parte de la trama relacionada con el arte me atrae un montón, pero me frena el ritmo pausado. Besos
ResponderEliminarHola! He visto varias reseñas de este libro, incluyendo ahora la tuya, y cada vez me llama más la atención. No descarto leerlo bien pronto.
EliminarBesos!
Justamente me la regalaron ayer, así que he pasado de puntilluquis.
ResponderEliminarEStaré al loro de la entrevista que nos vas a compartir ;)
Besitos.
La tengo que leer, que sólo leo reseñas muy positivas y me estáis dejando con muchas ganas.
ResponderEliminarBesotes!!!
Hola, Manuela. Tengo anotada la novela y espero leerla pronto. Lectura pausada, no hay problema, siempre que sea una buena historia y esté bien narrada.
ResponderEliminarUn beso y buen fin de semana.
Solo por la ambientación me gustaría leerlo.
ResponderEliminarUn beso :)
Bueno, pues tengo bastante curiosidad, y más después de leer lo del encuentro, así que no, no descarto en absoluto leerla. Un besote!
ResponderEliminarCreo que la disfrutaría pero en otro momento.
ResponderEliminarNo es el tipo de libro que me gusta leer, pero le daría una oportunidad =)
ResponderEliminarBesotes
Pues el recorrido temporal es enorme. Tiene pinta de gustarme. No sé, creo que hemos tenido flechazo esta novela y yo. No me importaría leerla. Besos
ResponderEliminar