Ya
sabéis que la Segunda Guerra Mundial es una de mis ambientaciones favoritas
entre las lecturas que suelo elegir y, aunque parezca que todo está escrito
sobre este conflicto bélico, de vez en cuando aún me sorprendo o bien con el
enfoque que se le da a la historia, o bien, como en esta ocasión, con el
descubrimiento de unos hechos para mí totalmente desconocidos que añaden un
poco más de horror a lo que todos ya sabemos. Hoy os hablo de La niña alemana.
Sinopsis
Inspirada
en un hecho poco conocido: la negativa de Cuba y otros países a recibir a los judíos
que huían de la Alemania nazi a bordo del transatlántico St. Louis. Finalmente,
solo a unos pocos se les permitió desembarcar.
Antes
de que todo cambiara, la vida de Hannah Rosenthal era de ensueño. Pero ahora,
en 1939, las calles de Berlín están embanderadas de estandartes nazis, su
familia ha sido desposeída de sus bienes y los judíos ya no son bienvenidos en
los lugares que antaño frecuentaban. Hannah y Leo Martin, su mejor amigo,
sellan un pacto: pase lo que pase, ambos compartirán un mismo futuro.
La
próxima partida del transatlántico St. Louis con rumbo a Cuba les proporcionará
una chispa de esperanza. Tras una ardua gestión para obtener visados, los
Rosenthal y los Martin se embarcan en la lujosa nave con destino a La Habana.
La vida a bordo del St. Louis se asemeja a unas vacaciones surrealistas para
esos refugiados, pero los rumores inquietantes desde Cuba no tardan en
ensombrecer el ambiente festivo, y la nave que prometía ser su salvación parece
a punto de convertirse en su sentencia de muerte. Hannah y Leo se ven
enfrentados a una decisión desgarradora...
Siete
décadas después, en la ciudad de Nueva York, el día que cumple doce años, Anna
Rosen recibe un paquete de Hannah, una tía abuela a la que nunca conoció pero
que crio a su difunto padre. En un intento de reconstruir el misterioso pasado
de su padre, Anna y su madre viajan a La Habana para reunirse con la anciana.
Hannah les relatará el viaje en el St. Louis, les hablará de sus años en la
isla y revelará, por primera vez, el modo en el que ella y Leo cumplieron con
el solemne pacto que sellaron.
El autor
Armando
Lucas Correa nació en Cuba. Escritor y periodista, actualmente es el jefe de
redacción y principal portavoz de People en Español, la revista hispana de
mayor venta en Estados Unidos, con siete millones de lectores mensuales.
También
aparece con frecuencia en los programas de televisión en lengua española. Ha
recibido numerosos premios periodísticos, entre ellos el de la National
Association of Hispanic Publications y el de la Society of Professional
Journalism.
La
niña alemana es su primera novela y se publica de forma simultánea en inglés y
castellano. Vive en Nueva York.
Mi opinión
La
niña alemana nos cuenta la historia de Hannah Rosenthal y la de Anna Rosen.
Hannah, en el Berlín de 1939, ve cómo todo su mundo se derrumba y la única salida
para su familia es huir del país rumbo a Cuba a bordo del trasatlántico Saint
Louis, su única esperanza de un futuro mejor. Este viaje, que parecía ser su
única salvación, se verá truncado por la negativa de Cuba a acoger a los
refugiados judíos. Años después, en 2014, Anna vive en Nueva York y está a
punto de cumplir 13 años cuando recibe un paquete de Hannah, la tía abuela con
la que ese padre al que nunca conoció se crio.
Armando Lucas Correa |
Alternando
dos hilos temporales La niña alemana ficciona en la personas de Hannah y Anna
para narrarnos un hecho real. En mayo de 1939 zarpó desde Hamburgo el Saint
Louis. Novecientos treinta y siete
pasajeros, la mayoría de ellos judíos alemanes, se dirigían a Cuba huyendo del
nazismo. Estos refugiados poseían, en algunos casos, permisos emitidos por
Manuel Benítez, director del Departamento de Inmigración de Cuba y, en otros
casos, estos permisos habían sido expedidos por la Secretaría de Estado y
Trabajo. Mientras el Saint Louis navegaba por el atlántico el presidente de
Cuba emitió el decreto 937, haciendo referencia al número de pasajeros, e
invalidó los permisos otorgados por Benítez. Cuando a finales de mayo el Saint Louis llegó a La Habana no se le
permitió entrar a puerto y solo unos pocos refugiados, poseedores de
permisos no anulados, pudieron entrar en el país. A primeros de junio hubo de
zarpar de nuevo, con la mayoría del pasaje dentros para ser rechazados también
por Estados Unidos y Canadá. La única
opción era volver a Alemania.
Pero
La niña alemana no nos habla de los que volvieron a Europa y finalmente fueron
aceptados por otros países como Gran Bretaña, Francia, Bélgica y Holanda, sino
que nos habla de aquellos pocos que pudieron desembarcar, como fue el caso de
Hannah. De Berlín a Cuba conoceremos de primera mano el periplo que Hannah y su
familia vivió y lo haremos a través de la prosa
elegante y cuidada del autor, quien alternando
hilos temporales y voces narrativas nos hará vivir tanto el miedo de aquel
Berlín en un momento prebélico, como la exuberancia de una isla en la que todo
resulto ajeno a los recién llegados.
Todas
las historias sobre la Segunda Guerra Mundial, sobre cualquier guerra, pueden
caer en la tragedia y el drama más facilones. No sucede así con la novela de
Armando Lucas Correa y eso siempre es algo de agradecer, aunque en este caso
tengo la impresión de que el autor, precisamente intentando alejarse de ese
dramatismo, toma excesiva distancia con los hechos que narra. No debemos
olvidar que utiliza siempre, a pesar de los cambios, un narrador protagonista, pero en ocasiones la voz de Hannah se
asemejaba más a un narrador externo ya que me resultaba excesivamente fría y
alejada de las emociones que con toda probabilidad debían latir en ella y más
teniendo en cuenta que tan solo era una niña cuando todo ocurrió, pero no es
esta imagen la que se proyecta a través de ninguna de las dos voces narrativas,
ambas niñas, sino que la madurez de sus razonamientos parecen más propias de
personas de más edad.
Unos
hechos aterradores y una buena prosa no se han visto, en esta ocasión,
acompañados de la suficiente emoción y tensión narrativa que al menos yo le
presupongo a una historia como la narrada en La niña alemana porque me ha
contado la historia, pero no me ha hecho vivirla y, no obstante esta pequeña
pega, no quiero que os quedéis con la sensación de que la novela no me ha
gustado porque en absoluto es así. Supongo que es simplemente una cuestión de
gustos o quizás de expectativas lo que ha hecho que yo esperase una cosa que no
he terminado de encontrar, al menos no en todo momento, pero ello no ha
impedido que disfrutara de una novela
que además contiene ecos de los atentados del 11-S y de la revolución cubana
y que, sobre todo, me ha mostrado un episodio totalmente desconocido por mí y
que a día de hoy, tal y como nos aclara el autor al final del libro, en la
propia Cuba sigue siendo ignorado en los libros de historia. Solo Estados
Unidos hace unos años, en 2009, setenta años después, reconoció el sufrimiento causado
por la negativa de acogida.
En
definitiva, La niña alemana es una novela que aun careciendo de la tensión
narrativa que yo busco en este tipo de historias, me ha resultado una lectura
amena y fluida que me ha dado a conocer este aterrador episodio de la Segunda Guerra Mundial. Una novela que estoy segura podréis disfrutar muchos de vosotros.
Pues a pesar de lo que apuntas, me gusta la historia que cuenta el libro así que supongo que lo leeré tarde o temprano.
ResponderEliminarBs.
Pues la mayoría coincidís en esa falta de emoción. Como lo voy a leer en breve, bajaré un poco las expectativas y a ver que tal
ResponderEliminarUn beso ;)
Ami la novela me gusto. Yo en la niña si vi esas emociones por ejemplo cusndo se sentía como una spestada o cuando veía lo que ocurría a sus padres.
ResponderEliminarBuenos días, Manuela. Parece que el enfoque es distinto al que se le da a ese hecho. Intentaré hacerme con ella aunque estoy a tope.
ResponderEliminarBesos
Totalmente de acuerdo contigo. Una historia que me ha gustado pero en la que he echado en falta emoción
ResponderEliminarCoincidimos plenamente en impresiones. Yo he sentido que al narrarlo una niña, su inocencia le hacía estar ajena al horror que vivía aunque es cierto que en la forma de expresarse más bien diríamos que habla un adulto. Está claro que le ha faltado ese punto de emoción que hemos comentado por redes.
ResponderEliminarBesos
No eres la primera que habla de falta de emoción y que la voz infantil no lo es tanto. La novela empieza muy bien, esa primera frase ya te agarra por la solapa, pero siempre hay que tener en cuenta todo.
ResponderEliminarUn beso
Estuve a punto de comprarla el día de las Librerías. Ahora me alegro de elegir otros, la emoción es muy importante en estas historias, y la voz infantil también.
ResponderEliminarBesitos
Ya sabes que me gustó. Un besote
ResponderEliminarEste sí que me gustaría leerlo ^^
ResponderEliminarParece que hay unanimidad con esta novela, está bien pero le falta algo. En mi caso me hubiera gustado un poco más de peso de historia real.
ResponderEliminarBesos.
Estoy de acuerdo contigo, Hanna no me ha trasmitido el horror que vivió, aunque la historia del San Luis ha merecido la pena conocerla.
ResponderEliminarUn beso
Voy poco más de la mitad, pero ya creo tener bastante claras mis impresiones y coinciden con las tuyas, yo también creo que el autor ha querido alejarse del dramatismo en la voz de la niña, pero el resultado me sabe extraño. Ya he terminado la parte del barco y ahí me ha faltado un poco más sobre la historia, supongo que será lo que tu dices que se centra en los que salieron y no en el destino del resto...
ResponderEliminarUn beso y ya te contaré...
Coincidimos en apreciaciones. Al narrar la historia desde la perspectiva de unos personajes tan jóvenes e inmaduros, el autor no ha conseguido intensificar el dramatismo de unos acontecimientos tan duros y vergonzosos. Creo que la historia destila demasiada inocencia. Besos
ResponderEliminarA pesar de que le falte esa emoción me apetece mucho leerlo, porque es uno de mis temas favoritos y sobre este caso en concreto prácticamente no sé nada. Me planteo leerlo pronto.
ResponderEliminar¡Un beso!
La historia me ha gustado pero es cierto que le falta un "nosequé" para hacerla más emocionante.
ResponderEliminarBesos
Veo que el entusiasmo en esta novela va por barrios. Al final lo mejor será comprobar como le sienta esta lectura a uno mismo.
ResponderEliminarLo tengo pendiente y espero disfrutarlo un poco más que tú
ResponderEliminarBesos
Sabes que la tengo pendiente, aunque rebajaré expectativas. Besos.
ResponderEliminarBásicamente coincidimos. El tema de la falta de emoción yo lo achaqué más al estar contado por niñas que al autor en sí, aunque puede que tengas razón. Aun así, como bien dices, es una novela a tener en cuenta.
ResponderEliminarUn beso
Hola,
ResponderEliminarMe alegro de que hayas disfrutado de la novela, aunque con esa pega. La verdad es que la Segunda Guerra Mundial no es una de mis temáticas favoritas, aunque hay libros muy interesantes, y además siguen apareciendo nuevos con episodios poco conocidos. Esta es una de ellas. Aunque no creo que lo lea a corto plazo, es posible que en algún momento me anime con ella.
Un beso
ESto es un poco lo que me pasa, que el momento histórico me gusta, pero ya he visto más opiniones similares a la tuya en cuanto a "falta de emoción", y eso me frena.
ResponderEliminarDE momento la dejo pasar, ya veré si me termino animando.
Gracias!
Besos.
Esta no me la apunto
ResponderEliminarLa he terminado hace unos días y me ha gustado aunque sí que es cierto que esperaba más
ResponderEliminarBesos
Hola! Le tengo muchas ganas a este libro desde que me lo enseñaron. Aun no he podido hacerme con él, pero aun así espero hacerlo muy pronto que me da a mi que será otro de los que pasa por delante de todos los pendientes, jejeje.
ResponderEliminarBesos!
Me estoy desinflando un poco con esta novela porque no es la primera opinión como la tuya que leo, aunque no me importaría leerla.
ResponderEliminarBesitos
Pese a lo que comentas de la voz narrativa y la falta de emoción, parece una lectura atractiva, por la historia que cuenta. Besos.
ResponderEliminarPor lo que te leo coincidimos en esa sensación de frialdad que no me ha hecho conectar con los personajes. Por el resto me ha gustado y me hubiera gustado saber más sobre los que quedaron en el barco.
ResponderEliminarBesos
Es la segunda reseña que leo de este libro y no tan entusiasta pero aún así, sigue siendo una novela que no me importaría leer. Besos
ResponderEliminarEl argumento y esos hechos poco conocidos hacen que no lo descarte aunque de momento no lo voy a priorizar porque tengo muchas lecturas pendientes.
ResponderEliminarUn saludo
Yo creo que este lo dejo pasar, no os ha entusiasmado y hay mucho pendiente
ResponderEliminarBesos
Un libro maravilloso.una historia contada de una forma tan delicada,llena de emociones,de intriga...en ocho días he tenido qe terminarlo...fantástico!un lujo leer a este gran autor!fantásticamente escrito!Gracias,Armando Lucas Correa
ResponderEliminarPues a mi me ha parecido MARAVILLOSO!
ResponderEliminarNo me ha gustado que se maldice y se culpa a Cuba por no recibir a los refugiados, pero los responsables de la persecución son los Alemanes y nunca se habla mal de ellos en la historia. Amo la isla y a su gente y en esta historia aparecen como seres detestables y como que Cuba fuera prácticamente un infierno y la desprecian.
ResponderEliminarPues a mi me ha encantado. A medida que lo iba leyendo me iba atrapando, tanto así, que lo he leído en dos días. Incluso me ha llegado a emocionar.
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