Hay libros y autores que continuamente te asaltan desde la
librería y desde otros blogs. Libros y autores de los que oyes hablar y a los
que te apetece leer, pero para los que nunca parece llegar el momento abrumada
por los que esperan en la estantería o en el lector electrónico y por las
novedades apetecibles que no dejan de llegar . Así me ocurría con Empar
Fernández, de quien solo leía alabanzas sobre sus novelas y por unas cosas y
por otras yo siempre iba demorando el momento de animarme a conocer su
literatura, pero el momento por fin llegó. Hoy os hablo de “La última llamada”.
SINOPSIS
Noemí Monteagudo salió una
noche para celebrar el fin de curso, pero nunca regresó a casa. Antes de
desaparecer realizó una última llamada que su padre no atendió. Tres años
después su familia ha perdido toda esperanza: su madre sobrevive a base de
ansiolíticos, su padre aplaca la culpabilidad con la ayuda cómplice del alcohol
y solo su hermana, Yolanda, es capaz de rescatar algo de cordura para seguir
adelante.
Todo cambia cuando Julio, el
padre de Noemí, descubre en un show de televisión a una vidente que asegura
entrar en contacto con el más allá.
Mientras Julio se deja
arrastrar por las palabras de la enigmática mujer; Yolanda se propone
desenmascarar a la poderosa médium.
Pero los secretos mejor
guardados acaban por aflorar y casi nada es lo que parece.
LA AUTORA
Empar Fernández (Barcelona) es profesora, columnista de prensa y
autora de guiones para documentales. Ha publicado, entre otras obras de
ficción, Para que nunca amanezca, Hijos de la derrota, Mentiras capitales y Sin
causa aparente. Ha sido finalista del Premio de Novela Fernando Quiñones con la
obra El loco de las muñecas y ganadora del Premio de Novela Corta Rejadorada
por La cicatriz. Junto a Pablo Bonell es autora de Cienfuegos, 17 de agosto, de
la serie de novelas negras protagonizada por Santiago Escalona y el thriller
Hombre muerto corre.
MI OPINIÓN
Tras una noche de fiesta en la que discute con su novio, Noemí
Monteagudo decide volver sola a casa. Noemí realizó una última llamada,
previsiblemente para que fueran a buscarla, pero su padre, agotado tras un duro
día de trabajo, había silenciado el móvil y no atendió esa llamada. Desde
entonces han transcurrido tres años y nadie ha vuelto a saber nada de ella. Su
familia, tal y como suele suceder en estos casos, se ha desmoronado: Marisa, su
madre, sobrevive a base de tranquilizantes y ansiolíticos; Julio, su padre,
encuentra refugio en el alcohol; y solo Yolanda, su hermana mayor, parece
querer luchar por seguir adelante con su vida.
“La última llamada” es una novela negra, pero no lo es al uso más
estricto del género ya que a pesar de haber una víctima la trama no se centra
en la investigación, sino que Empar
Fernández ahonda en el dolor por la pérdida y en la culpa. El dolor alcanza
a todos, a la familia de Noemí, a sus amigos... Para los menos allegados
siempre es más fácil que el tiempo vaya haciendo su trabajo, pero para unos
padres que no saben si su hija está viva o está muerta, el dolor se enquista. No se puede cerrar una herida cuando solo
hay desconocimiento. Hace tiempo una amiga me decía que nunca superaría la
pérdida de su hijo, transcurrida hace varios años, que ese dolor y esa ausencia
vivirían siempre con ella, pero que se aprendía a vivir así.
Empar Fernández |
Pero los Monteagudo no pueden aprender a vivir sin la presencia de
su hija menor. Ellos no han vuelto a saber absolutamente nada de Noemí. Una
llamada perdida y tras ella, el silencio y la incertidumbre. ¿Qué duelo hacer
cuando uno no pierde la esperanza de que su hija siga viva en algún lugar? Ante
esta situación es fácil entender que cualquiera se agarre a un clavo ardiendo y
es justo esto lo que hace Julio cuando decide visitar a una médium televisiva
porque cada uno se enfrenta al dolor
como buenamente puede o sabe y la autora nos ofrece formas distintas de
hacerlo a través de unos personajes trazados con esmero y en los que ha
ahondado en su perfil psicológico hasta conseguir unos protagonistas llenos de
matices y tan humanos que sin duda consigue meter al lector en la piel de todos
ellos y vivir el mismo calvario que ellos viven.
Decía que también es una novela sobre la culpa. La que siente
Julio cada vez que recuerda esa llamada que no contestó. Cada vez que piensa
cómo habría cambiado el destino de su hija si él no hubiera silenciado, por
primera y única vez, el teléfono móvil para poder descansar. Empar Fernández
nos hace ir y venir con Julio, con él vivimos
su desesperación y sentimos cómo ese sentimiento de culpa le corroe día tras
día. Un sentimiento que solo consigue aplacar con el alcohol, que no cura,
pero sí adormece y silencia temporalmente para luego volver con más dureza.
A través de un narrador omnisciente en tercera persona, Empar
Fernández desgrana hechos y sentimientos con una prosa limpia y tan sencilla
que resulta descarnada. Una narración en
la que importan más los sentimientos y la psicología de los personajes que los
hechos en sí mismos. Se agradece, además, que la autora no haga carnaza con
un tema tan escabroso como éste y es que la historia es lo suficientemente dura
y triste en sí misma como para entrar en detalles que solo añadirían morbo a
una situación que se repite mucho más de lo deseable. ¿Cuántas desapariciones
vemos día tras día en los medios de comunicación? Adolescentes, adultos,
ancianos... Personas de las que se pierde el rastro y de las que nunca más se
vuelve a saber. Y si bien es cierto que muchas de ellas son desapariciones
voluntarias, muchas otras no lo son. Hoy estás y mañana no. Y los que quedan
atrás, ¿cómo podrán continuar viviendo así?
Como telón de fondo de toda la historia son dos temas los que
subyacen. Por un lado, la crisis que azota desde hace años a nuestro país, los
desahucios, los comercios y naves abandonadas que salpican nuestras calles y
las convierten en pasajes solitarios, los jóvenes universitarios con trabajos
apenas remunerados y eso si tienen la suerte de contar con uno. Y, por otro
lado, el negocio y el show televisivo en
el que algunos convierten el dolor ajeno. En relación con esto último en la
novela hay una narración de una historia colateral, la biografía de la médium,
que a mí me ha lastrado un poco la lectura porque si bien Samantha Damon juega
un papel importante en la novela, para mí no era necesario ahondar tanto en su
infancia y juventud. En cualquier caso, ella representa ese elemento
sobrenatural en el que unos creerán y otros no, la novela deja la puerta
abierta a cualquier interpretación, pero de lo que no cabe duda es de la
crítica feroz que se hace sobre el aprovechamiento de muchos para enriquecerse
a costa del sufrimiento y la desesperación de los demás.
“La última llamada” es una
novela muy dura, desgarradora, que retrata de
forma fidedigna la desolación, el dolor, la culpa. La desesperación de no saber
qué ocurrió. Una novela que envuelve al
lector en el ambiente opresivo de la culpa que no deja vivir y el
desmoronamiento de una familia que necesita saber qué ocurrió para aprender a
vivir con ello.
Me leí el libro anterior de la autora y no me terminó de convencer, así que no creo que lea este.
ResponderEliminarUn beso ^^
Coincido con tus impresiones. Me gustó la novela y esa forma de ahondar en los personajes.
ResponderEliminarUn beso.
TEngo muchas ganas de leerla. Me dejas con la miel en los labios
ResponderEliminarPues tengo el libro en la estantería pendiente. Y me dejas con muchas ganas. Creo que no va a esperar mucho.
ResponderEliminarBesotes!!!
Me gustan tus impresiones, que no sea exactamente una novela negra y que profundice en ese sentimiento cruel de quien pierde a alguien pero no puede pasar el duelo porque realmente existe la esperanza de que esa persona siga viva. Siempre me pareció una situación de lo más cruel...
ResponderEliminarUn abrazo
A mí no me convenció demasiado, no está mal pero no era lo que yo esperaba.
ResponderEliminar¡Besos!
Ya sabes que lo tengo pendiente de lectura. A ver si le puedo hacer un hueco pronto. Un besote
ResponderEliminarNo me importaría leer esta novela, tiene pinta de gustarme por lo que leo
ResponderEliminarBesos
Paso un poquito por encima que lo tengo en casa y mi intención es leerlo este mes. Ya vi vuestras impresiones en twitter y que ha gustado!
ResponderEliminarUn beso
Ya la tenía anotada por otras reseñas, tiene muy buena pinta
ResponderEliminarBesos
Como sabes lo tengo en casa pero viendo de lo que trata creo que lo voy a dejar para después de las navidades. Besos.
ResponderEliminarSin duda es una propuesta muy interesante. Me has dejado con ganas de leerla. Besos.
ResponderEliminarTanto el anterior como este son novelas de personajes,de sentimientos y remordimientos.He leído en algún sitio que es una "Trilogía de la culpa", así pues,me queda el último por leer.
ResponderEliminarUn beso
Cuando lo vi no me llamo la portada, pero entre reseñas, comentarios y demás ahora le tengo muchas ganas.
ResponderEliminarCuando lo vi no me llamo la portada, pero entre reseñas, comentarios y demás ahora le tengo muchas ganas.
ResponderEliminartengo un marcapáginas de esta novela, y la verdad es que me apetece.
ResponderEliminarBesotes.
Le tengo muchas ganas y la tengo en la estantería. A ver si puedo lograr hacerle hueco en enero porque diciembre ya está más que completo. Un beso!
ResponderEliminarHola! Lo tengo pendiente de lectura y aunque le tengo ganas, no sé cuando lo cogeré, espero que me atrape cuando empiece a leerlo. Muy buena reseña!
ResponderEliminarBesos!
La verdad es que es un libro que me llama bastante la atención, tiene una pinta estupenda
ResponderEliminarBesos
Uy esta me va a gustar...me la anoto ya!
ResponderEliminarUn beso!
Las reseñas son muy buenas, lo tengo anotado, aunque por ahora tendrá que esperar. Besos
ResponderEliminarSoy igual que tu aplazando y aplazando libros, espero leer este pronto la reseña me ha dejado inquietada. Saludos
ResponderEliminarTengo ganas de leerlo, el anterior de la autora me gustó mucho =)
ResponderEliminarBesotes
Muy buena novela. Me gustó mucho su lectura. Dura pero trabajada con mucho cuidado. Besos.
ResponderEliminarOye, pues me has convencido, me la llevo
ResponderEliminarBesos