En diciembre de
2018 os confesaba que había estado mucho tiempo equivocada pensando que las
novelas de romanos no me gustaban. Acababa de leer Yo, Julia y estaba encantada,
no en vano fue una de mis mejores lecturas de aquel año. Como también lo va a
ser su continuación, la novela de la que os hablo hoy: Y Julia retó a los
dioses.
Mi opinión
Volvemos a
encontrarnos con Julia Domna plenamente instalada en el poder y manejándose con
sagacidad e inteligencia con todas las intrigas y traiciones que rodean a su marido,
el emperador, y a ella misma porque llegar al poder no fue fácil, pero
mantenerse en él es aún más complicado, máxime cuando el enfrentamiento se
encuentra en el seno de la propia familia, ya que Julia tiene que asistir con
dolor a la pugna de sus dos hijos por ser el único emperador de Roma, e incluso
deberá luchas contra un enemigo que tiene todas las armas para vencer, la
enfermedad.
Nos encontramos
con una Julia algo distinta a aquella que conocimos en la primera novela. Sigue
siendo la mujer valiente y decidida, tan bella como inteligente, sin la que su
marido jamás habría llegado a ser emperador de Roma, pero una vez alcanzada la
cúspide parece haber hecho suyo el lema de el fin justifica los medios y ahora
más que nunca podemos decir que nada ni
nadie es un obstáculo para que Julia consiga todo aquello lo que se propone.
Poco importan los sacrificios que tenga que hacer, tanto propios como ajenos,
para ello. Para Julia lo único que importa es que su dinastía siga en el poder,
al precio que sea. Y tendrá que pagar precios realmente caros y utilizar armas el
ocasiones repulsivas, algunas lo fueron tanto que me causaron verdadero espanto
y, a pesar de ello, a pesar de no poder estar de acuerdo ni con sus métodos ni
con muchas de sus decisiones, Julia
sigue siendo ese personaje al lado del cual el lector se sitúa como el más fiel
de sus súbditos. Es un personaje tan potente, tan real, con una
personalidad tan arrolladora que invariablemente hace que el resto, todos maravillosos,
queden difuminados en una novela en la que Julia es la protagonista total y
absoluta y el lector no puede más que caer rendido a sus pies.
La que sin duda
ha sido una titánica labor de documentación queda perfectamente integrada en la
narración, sin abrumar con datos innecesarios y sin lastrar un ritmo imparable,
consiguiendo una magnífica ambientación
de la época con descripciones tan visuales que dibujan imágenes en nuestra
cabeza. Me gusta aprender con los libros, pero no me gusta asistir a
ninguna lección de nada, cuando busco eso no acudo a una novela, ni histórica
ni de ningún otro género, y por eso aprecio tanto el trabajo y el buen hacer de
los autores que, como Santiago Posteguillo, me enseñan mientras me entretengo y
me divierto, mientras sufro o amo, lloro o río.
Y Julia retó a
los dioses me ha gustado aún más que su predecesora, el listón quedó alto y
Santiago Posteguillo no solo ha estado a la altura de sí mismo, sino que se ha
superado con creces. Vuelve el autor a deleitarnos con una novela en la que la venganza, la traición, la lucha por el
poder y las grandes pasiones hacen que sus casi 800 páginas vuelen en las manos
mientras asistimos no solo a las lides humanas, sino también a las divinas y es
que, introduciendo cada una de las partes en las que se divide la novela,
viajaremos al Olimpo para ser testigos del enfrentamiento que ha dividido a los
dioses en dos grandes bandos encabezados por Vesta, en contra de Julia, la
emperatriz extranjera, y por Minerva, a su favor.
Con menos
batallas que en la primera novela y con
un ritmo que da no respiro al lector Y Julia retó a los dioses es una
fantástica e intensa novela histórica en la que acompañamos a la
protagonista en una evolución en la que sobrepasará todos los límites hasta una
lucha más allá de la muerte con un final fantástico y pleno de emoción con el
que poner el broche de oro a una novela que no dudo en recomendaros.