A
veces apunto libros deseados de dos en dos y eso que últimamente ando reticente
a iniciar nuevas sagas, pero con ésta no pude resistirme, solo oía y leía cosas
buenas sobre ella y aunque en principio mi intención fue saltar a la segunda
entrega, la que había llamado poderosamente mi atención, hice caso de los
buenos consejos y comencé como debe ser, en orden. Hoy os hablo de No está
solo.
Sinopsis
Un
niño desaparece a las afueras de Roma. La madre es encontrada muerta y los
investigadores creen responsable al marido de la mujer. Sin embargo, cuando
Colomba Caselli llega a la escena del crimen se da cuenta de que algo no
cuadra.
Colomba
tiene treinta años, es guapa, atlética y dura. Formó parte del Departamento de
Homicidios de Roma, pero desde hace meses es incapaz de superar lo que llama
«el Desastre», hasta que este caso vuelve a llevarla a la acción. Para
resolverlo contará con un colaborador tan eficaz como peculiar: Dante Torre, un
joven genio cuya capacidad de deducción solo es igualada por sus paranoias. Él
también es un superviviente: fue secuestrado durante once años en un silo por
un hombre que se hacía llamar «El Padre». Ahora tiene pánico a los espacios
cerrados y ha hecho de su habilidad para encontrar a personas desaparecidas su
trabajo.
En
la búsqueda de la verdad, Colomba y Dante deberán enfrentarse a su mayor
pesadilla ante un caso de ramificaciones insospechadas.
Mi opinión
Colomba
Caselli es una joven inspectora de la policía de Roma con una suspensión tras
un hecho dramático que la mantuvo de baja durante meses y del que aún sufre las
secuelas psicológicas. Dante Torre es conocido como El niño del silo, con seis
años fue secuestrado y vivió en cautiverio durante once largos años. Hoy es un
adulto experto en desaparecidos, con una capacidad de observación fuera de lo
común, que también convive con las graves consecuencias psicológicas que su
encierro dejaron en él para siempre. La desaparición de un niño en las afueras
de Roma unirá las vidas de estos dos personajes tan distintos y tan
complementarios entre sí.
No
está solo tiene un punto de partida
interesante y que sin duda engancha al lector utilizando la infancia y su
fragilidad para despertar el morbo al que pocas veces algunos resistimos. La
búsqueda del niño desaparecido y el esclarecimiento de quiénes y qué oscuros
intereses se ocultan detrás de este crimen que no parece ser un hecho aislado,
sino que se remonta en el tiempo a años atrás, ofrecen una trama atractiva que hará las delicias de cualquier amante del
thriller. A pesar de ello a lo largo de la novela abundan descripciones
repetitivas que nada aportan, como son las múltiples manías, traumas y
carencias de los personajes, que si bien cumplen a la perfección su misión de
perfilar a los dos protagonistas, su repetición resta ritmo y regularidad a una
trama que por momentos parece entrar en un bucle del que le cuesta salir hasta
que hacia el final de la novela, cuando se acerca la resolución, coge un ritmo
vertiginoso y liquida casi con prisas y con someras explicaciones una trama compleja
que habría necesitado de más elaboración en su desenlace.
Sandrone
Dazieri acierta en el planteamiento de la novela, pero la mayor virtud de No está solo son sin duda sus dos protagonistas,
especialmente Dante Torre. Hoy ya es adulto pero el lector no dejará de ver en
él ese niño que sufrió un largo encierro que le ha marcado para siempre,
convirtiéndolo en el hombre obsesivo y paranoico al que probablemente ninguno
quisiéramos tener demasiado cerca, pero con el que es casi imposible no
empatizar. Junto a él Colomba Caselli, una mujer fuerte pero traumatizada que a
pesar de los muchos aspectos que la separan de Dante Torre se convierte, en su
búsqueda de la verdad y su deseo de justicia (aunque a veces se inclinen ambos
más hacia al lado justiciero), en su mejor complemento. Estos dos protagonistas son el pilar perfecto sobre el que descansa
toda la novela y junto a ellos encontramos todo un elenco de personajes
secundarios escasamente perfilados pero que cumplen a la perfección su función
de acompañamiento en una novela que, como cualquier otro thriller, pone su peso
en la acción.
El
autor demuestra en No está solo que nada
como terminar todos los capítulos con un nuevo interrogante para conseguir que el lector, a pesar
de los aspectos antes comentados, pase
rápidamente al siguiente y a pesar de la extensión de la novela esta nos
dure apenas unos días entre las manos. Con un narrador omnisciente y una
cronología lineal salpicada de flashbacks, el lector se sumerge en una lectura intensa llena de golpes de
efecto y giros sorprendentes que irán tomando un camino muy distinto al que
uno puede esperar en un principio.
En
definitiva, No está solo es un thriller
lleno de acción y sorpresas que a pesar de cierta irregularidad en su
desarrollo cuenta con momentos de gran tensión. Una novela que sin duda alguna
es una buena opción para sumergirse en
una lectura llena de entretenimiento en estos días de vacaciones.