Esta semana leo un libro muy esperado por muchos de nosotros, y quien no lo esperaba es porque aún no conoce los anteriores, y no es otro que el recién publicado "Consummatum est", tercera entrega de la trilogía Versos, canciones y trocitos de carne de César Pérez Gellida. Decir que estoy atrapada con esta lectura es quedarse muy corto porque me tiene tan pegada a sus páginas que este fin de semana he aprovechado cada momento libre para sumergirme en él, de forma que ya llevo más de la mitad leída y me temo que en esta semana me veré obligada, con mucho gusto, a quitarme horas de sueño porque necesito, no sin cierta pena, llegar ya al final. Y después... ¡no sé qué leeré! Algo ligero probablemente pero no tengo ni idea así que como me habéis aconsejado alguna vez dejaré que el libro me elija a mí.
Aprovecho para recordaros que hay activo en el blog un sorteo de "La escritura necesaria" de Rubén Angulo Alba, novela de la que realizaremos una lectura simultánea en Twitter. Si queréis saber más podéis consultar las bases aquí.
SORTEOS
Estos son los sorteos a los que me apunto esta semana:
El universo de los libros sortea un ejemplar de "La luna no está". Bases aquí.
Un lector indiscreto sortea dos ejemplares de "Detrás del cristal". Bases aquí.
Adictos a los libros sortea un ejemplar de "La noche soñada". Bases aquí.
SORTEOS
Estos son los sorteos a los que me apunto esta semana:
El universo de los libros sortea un ejemplar de "La luna no está". Bases aquí.
Un lector indiscreto sortea dos ejemplares de "Detrás del cristal". Bases aquí.
Adictos a los libros sortea un ejemplar de "La noche soñada". Bases aquí.
RETO LEEMOS EL QUIJOTE
Capítulo 12: De lo que contó un cabrero a los que estaban con Don Quijote.
Dejamos la semana pasada a nuestros dos compañeros de viaje preparados para enfrentar la noche tras la cura de la oreja de Don Quijote cuando, en este nuevo capítulo, llega desde la aldea hasta los cabreros un mozo con la noticia del fallecimiento de Grisóstomo, un pastor estudiante, muerto según parece de mal de amores por la bella Marcela. Comienza así uno de los cabreros a narrar a Don Quijote la historia del difunto del que dice vino de Salamanca "con opinión de muy sabio y muy leído".
Las correcciones de Don Quijote a la forma de hablar del cabrero y a sus vocablos son continuas, cosa que no hace mucha gracia al narrador de la historia que definitivamente decide plantarle cara a nuestro caballero bajo la amenaza de no continuar contando tan triste historia si vuelve a interrumpirle. De este modo, Don Quijote ya se limita a escuchar atentamente hasta que el cabrero termina la historia, momento en el que se retira a descansar junto a Sancho Panza aunque me temo que la narración de amores ajenos le han traído a la memoria a su amada Dulcinea y en ella ocupará sus pensamientos durante toda la noche.