Más de treinta años de profesión como periodista de sucesos y seis libros de true crime a sus espaldas hicieron que esperara con ganas Tú bailas y yo disparo, primera novela de Manuel Marlasca. Y tengo que decir que no solo ha cubierto mis expectativas, sino que las ha superado ampliamente. Tanto que espero que éste sea solo el inicio de una saga que me depare grandes alegrías literarias.
Pocas líneas
necesita el autor para captar inmediatamente nuestra atención. Un hombre, tras
dejar a sus hijos en el colegio, acude a una cita con una prostituta. Tras
asfixiarla, descuartiza su cuerpo y lo reparte en tres maletas. Una de ellas,
la que contiene el torso, aparece en una fábrica abandonada. De la
investigación se encargará el grupo X de la Brigada de Policía Judicial de
Madrid.
Un arranque
de novela que atrapa a un lector que ya no se separará de sus páginas
mientras acompaña a Jimmy Valle, Luis Mangas y Paula Vicente en una
investigación que desde el inicio se adivina complicada. Ellos son, junto con la
inspectora Julia Zaldívar de la Brigada de Trata, los personajes principales de
un elenco tan potente como realista.
Y es que si algo
destaca en Tú bailas y yo disparo son ellos, sus personajes. Un equipo de
investigación al completo donde todos y cada uno de ellos lucen claroscuros que
los hacen cercanos al lector. Un equipo heterogéneo donde conviven distintas
generaciones que reflejan la evolución del cuerpo y que tienen en común no
solo ser personajes de carne y hueso, con problemas y con errores que los
humanizan, con éxitos y fracasos que no pueden olvidar, sino su implicación y compromiso
con el trabajo que realizan.
Se respira en
cada página el conocimiento que tiene el autor sobre cómo se lleva a cabo una
investigación policial lo que redunda en una novela procedimental que, sin
necesidad de giros inesperados y mucho menos de conejos sacados de la chistera,
coloca al lector en el epicentro de la investigación, siguiéndola paso a
paso y, sobre todo, viviendo tanto la frustración de no tener un solo hilo del
que tirar, como la euforia de encontrar una pequeña pista que seguir, aunque a
menudo conduzca a un callejón sin salida.
Dice el autor
que Tú bailas y yo disparo es una “novela de policías” más que una novela
policíaca y no puedo estar más de acuerdo. Son ellos los que hacen que esta
novela, tan entretenida como bien escrita, sea un auténtico ejercicio de
empezar a leer y no poder parar.