La luz en casa de los demás (Chiara Gamberale)

María, una mujer libre y carismática, es la administradora del 315 de Grotta Perfetta, en Roma. Cuando muere repentinamente, deja una hija de seis años; y deja también una carta. La niña se llama Mandorla -Almendra-, y ya solo su nombre encierra todo el encanto y el absurdo del que será su destino, ya que María ha dejado escrito que el verdadero padre de Mandorla es uno de los hombres que vive en el edificio.

Tras una asamblea de vecinos en la que nadie confiesa su paternidad, deciden criar a la niña entre todos. Así, Mandorla irá cambiando de casa de los 6 a los 17 años, adaptándose a cinco modelos de familia: será testigo de la soledad de Tina; vivirá la separación de Caterina y Samuele; acompañará a Paolo y Michelangelo al Orgullo Gay; se sentará a la mesa de los Barilla, una familia tradicional; y vivirá las turbulencias de la eterna pareja de hecho, Lidia y Lorenzo.

Y mientras Mandorla crece, se enamora y busca a su padre, Chiara Gamberale nos recuerda que, antes de ser mujeres, maridos, padres o hijos, somos personas: maravillosas y terribles, con una infancia que nos persigue. En esta luminosa novela descubrimos que la familia es una alquimia indefinible: quien la tiene es consciente de su peso, hasta el punto de querer librarse de ella, y quien no la tiene la desea como el único escenario posible de la felicidad.

LA AUTORA

Chiara Gamberale nació en Roma en 1977. Es autora de varias novelas pero ha sido "La luz en casa de los demás" con la que se ha dado a conocer internacionalmente. Además de su labor literaria, ha dirigido y presentado diversos programas radiofónicos y televisivos, y colabora asiduamente con distintos periódicos y revistas como Vanify Fair, La Stampa o Il Riformista. 

MI OPINIÓN

Este es uno de esos libros que compré sólo por su portada y su título los cuales me atrajeron de inmediato, su sinopsis hizo el resto y aunque ni siquiera había oído hablar de él no pude resistirme. Lástima que no he encontrado lo que creía habría entre sus páginas.

La sinopsis que ofrece la editorial es bastante explicativa así que poco más puedo añadir a ella. Mandorla, al quedar huérfana a la edad de 6 años y dado que su madre en una carta ha dejado dicho que es hija de uno de los vecinos del inmueble, es adoptada legalmente por Tina, la vecina solterona, pero convivirá por temporadas con todas las familias del edificio.

Chiara Gamberale

Estamos ante una novela coral en la que todos los tipos de familia que podamos imaginar tienen cabida. Tina, la solterona que vive sola y a la que todos acuden sólo cuando necesitan algún tipo de ayuda pero que el resto del tiempo es ignorada. Caterina y Samuele, padres de un niño pequeño, ella profesional independiente y él el eterno inmaduro con la cabeza llena de pájaros. Paolo y Michelangelo, la pareja homosexual que no siempre es tan feliz como aparenta. Lidia y Lorenzo, la pareja de hecho, sin hijos y que se pasan todo el día discutiendo. Y los Barilla, una familia tradicional, con dos hijos. Todos ellos conformarán, en mayor o menor medida, a la Mandorla adolescente que se ha metido en un lío.

Estos personajes están absolutamente estereotipados, la autora no nos ofrece nada nuevo ni sorprendente y se queda en el cliché. Ni siquiera he podido conectar con la protagonista, Mandorla, una niña a la que no he conseguido entender en ningún momento. Por poner un ejemplo os diré que Mandorla, cuando se siente sola y sufre, desea ser un determinado objeto que en ese momento se encuentre cerca de ella para así no sentir y, por lo tanto, no sufrir y es por ello que inventa oraciones con esos objetos con los que desea intercambiarse. Esto sucede muy a menudo a lo largo de la novela y admito que me leí las primeras oraciones, el resto en diagonal.

La novela se divide en cinco partes, una por cada piso por el que va pasando Mandorla. La narración corre, por un lado, a cargo de ésta en primera persona cuando en el momento actual, ya con 17 años, mira al pasado y a través de un balance de lo que ha sido su vida nos presenta a los habitantes del 315 de Grotta Perfetta desde su punto de vista. En este repaso muy a menudo Mandorla se pierde en divagaciones que no conducen a ninguna parte y que a mí personalmente me han aburrido. Y, por otro lado, encontramos párrafos en cursiva en los que un narrador omnisciente en tercera persona nos narrará determinados momentos del pasado de cada uno de los vecinos con el fin de ofrecernos alguna explicación sobre su presente.

A través de una prosa sencilla y,en general salvo excepciones, ágil y fácil de leer, la autora nos conducirá por la niñez y adolescencia de la protagonista para llegar a un final con el que me he sentido un poco estafada, como si me hubieran tomado el pelo a lo largo de todo el libro sin que me diera cuenta de forma que si a lo largo de la lectura no había conseguido conectar con el libro, su cierre ha terminado de  inclinarme a esta opinión negativa sobre la lectura.

La novela viene a ser un reflejo de una sociedad en la que la familia tradicional ya no es el único modelo válido y socialmente aceptado y es que a través de sus páginas asistiremos no sólo a un alegato sobre la validez de distintos modelos familiares sino también de la importancia de la familia en la búsqueda de la identidad propia de cada individuo pero todo ello sin entrar nunca a profundizar en ninguno de los temas planteados. Chiara Gamberale se dispersa en hechos y divagaciones que no aportan gran cosa por lo que no he encontrado la novela emocionante que creía hallaría entre estas páginas.


Ficha técnica
Titulo: La luz en casa de los demás
Autora: Chiara Gamberale
Editorial: Seix Barral
Traductora: Isabel González-Gallarza
Nº de páginas: 480
ISBN: 9788432209727

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