Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea (Annabel Pitcher)

"Poco antes de cumplir diez años, el pequeño Jamie se va a vivir al norte de Londres con su padre separado, su hermana adolescente Jasmine y su gato Roger para empezar desde cero. Han pasado cinco años desde la muerte de Rose, la gemela de Jasmine, en un atentado terrorista islámico en Londres.

Sus padres no han conseguido superar el dolor y parece que Jasmine tampoco: se ha teñido el pelo de rosa, se ha hecho piercings y ha optado por no comer. La familia se ha venido abajo.

Pero en todo ese tiempo Jamie no ha derramado una sola lágrima. Para él Rose, cuyas cenizas reposan en la repisa de la chimenea, no es más que un recuerdo lejano. Le interesan mucho más su gato Roger, la camiseta de Spiderman que le han regalado por su cumpleaños o que su padre no se entere de que se ha hecho amigo de una niña musulmana paquistaní. 

Un día, al ver en la televisión un anuncio buscando jóvenes talentos que sepan cantar, se convence de que eso puede hacer que las cosas cambien y que toda la familia pueda salir adelante."

Se trata de la primera novela de la autora británica Annabel Pitcher, una licenciada en Filología Inglesa con trabajos tan variopintos como la televisión y las clases de inglés. Actualmente se encuentra escribiendo su segunda novela.

El estilo de Annabel Pitcher es sencillo, cosa que resulta muy complicado a veces, fluido, fresco. La novela está narrada en primera persona y llama la atención que todos los diálogos existentes son indirectos. Es una forma distinta de escribir al tradicional diálogo precedido de guión y aunque al principio pueda parecer que será dificultoso leer de esta forma las conversaciones entre los distintos personajes, lo cierto es que no sólo llegué a acostumbrarme sino que empecé a encontrar cierto encanto en esta forma de narrar. 

El protagonista indiscutible es Jamie, un niño con 10 años recién cumplidos que se encargará de contarnos la historia en primera persona, pero no por ser un niño nos encontramos con una narración ñoña que es lo que podría esperarse dada la edad de Jamie. Evidentemente la novela está plagada de ocurrencias que sólo un niño de esa edad tendría y que hacen que un relato tan desgarrador como el que nos ocupa sea tratado con un sutil sentido del humor que sólo la mirada de un niño puede darle a una situación familiar tan dolorosa para terminar transmitiendo al lector un sentimiento de esperanza.

Y junto a Jamie encontramos al resto de personajes. Una hermana mayor: Jas. Una amiga: Sunya. Un padre incapaz de superar la pérdida de un hijo y que sólo encuentra consuelo en la bebida. Una madre imperfecta que sólo ha sabido huir....

Jamie ha visto cómo su familia se ha destrozado tras la muerte de su hermana Rose y no puede comprenderlo. Él ni siquiera ha conseguido llorar esa muerte ya que era demasiado pequeño cuando sucedió, ni la echa de menos porque casi no tiene recuerdos de ella y, sin embargo, esa muerte es la causante de que su mundo se haya desmoronado y en ese desmoronamiento, a través de la mirada y la voz que sólo la inocencia de un niño puede tener, reflexionaremos sobre la muerte, el terrorismo, el racismo, el abandono e incluso la infidelidad. Llegado este punto debo decir que, como adulta, ha habido momentos en los que me he sentido tonta y absurda por complicar las cosas que podemos hacer de la forma más sencilla, de la forma en que lo haría un niño.

¿Lo recomiendo? Sí. ¿Aunque lo narre un niño? Precisamente porque lo narra un niño. La autora ha conseguido con este libro que yo misma mire las cosas con los ojos de Jamie, que sonría como lo haría él, que vea esa sencillez plena de los sentimientos que a los adultos se nos escapa demasiado a menudo. Jamie es transparente, es puro, es sensible y, sobre todo, Jamie es ilusión por una vida mejor y una voluntad inquebrantable para luchar por lo que desea.