La semana pasada tuve la oportunidad de compartir un café con
María Oruña, autora de Puerto escondido.
La cita fue en el Hotel de Las Letras al que llegué corriendo y casi con el sándwich
en la boca porque salir de trabajar a las tres y estar en plena Gran Vía de
Madrid a las cuatro hizo que pararme a comer fuera un sueño. Pero sentarme
delante de un plato lo hago todos los días y tomarme un café con María no, así
que sin duda las carreras, los atascos y el sándwich refrigerado merecieron la
pena. No todos los días se tiene la oportunidad de saludar a la autora que
tanto te ha hecho disfrutar con su novela y con la que tantos buenos ratos y
guiños compartes en redes sociales.
María Oruña es tal cual la imaginaba e intuía a través del
contacto virtual que habíamos tenido: directa, espontánea, natural, sonriente y
con las ideas muy claras. Lo que no esperaba es que, además, fuera un poco
bruja. Vale, dejémoslo en intuitiva y es que nos contó que la idea de escribir Puerto escondido surgió a raíz de una
visita a una playa cántabra en la que tuvo un mal pálpito, una impresión de que
algo había sucedido allí y así fue como supo que en los años 50 una criada
había matado a su "señorito", lo había descuartizado y arrojado al
mar allí mismo.
Aunque la novela no trata sobre este crimen sí sirvió a María
Oruña como base para su libro y para explorar qué condiciones sociales y
culturales pueden llevar a alguien a cometer un crimen tan atroz y cómo realmente
nunca conocemos a las personas, quizá ni a nosotros mismos, hasta que no se
encuentran en una situación límite. La labor de documentación le ocupó
aproximadamente tres meses en los que recorriendo parques de la zona se
entrevistaba con todo aquel que estuviera dispuesto a charlar con ella y la
redacción de la novela le llevó unos seis meses. Meses en los que no todas las
personas de su entorno estaban convencidas de lo que hacía, pero que hoy en día
sin duda se alegran de que la autora tuviera tan claro qué era lo que quería.
Puerto escondido son casi dos libros en uno, aunque uno no pueda entenderse sin el
otro. La parte del pasado es la que más le costó y se diferencia muy claramente
de la del presente, con dos voces narrativas y dos estilos muy distintos. Tanto
que la autora necesitó escribir primero una trama y después otra para,
posteriormente, ensamblar ambas. Sin duda fue un trabajo duro para una autora
que se declara sin manías a la hora de escribir, pero sí muy metódica y
organizada. Una autora con los pies en la tierra que no se deja deslumbrar por
el brillo de un éxito que puede ser efímero si no viene acompañado del trabajo
duro y eso es algo a lo que María no tiene miedo.
Pero no solo hablamos de su novela porque a pesar de ser un breve
encuentro, poco más de una hora, también hubo tiempo para charlar de la novela
negra en general, de la moda o no moda de la misma y del punto diferenciador
que cada vez demandamos más los lectores del género. Tiempo también para hablar
de otros géneros, de los que más nos gustan y de los que más nos cuestan (en
este aspecto María y yo coincidimos, la novela romántica no nos va nada).
Tiempo para contarnos qué libros hay en su mesilla de noche: Stoner (mi eterno
pendiente que duerme en la librería esperando turno) y lo último de Feijoo para
echarse unas risas.
Tiempo para contarnos que ojalá pudiera colgar la toga y dedicarse
exclusivamente a escribir. Tiempo para advertirnos que vamos a alucinar con el
comienzo de su siguiente novela. Tiempo para unas pocas fotos. Y tiempo para
lamentar lo breve de nuestra charla. ¡Ojalá pronto tengamos oportunidad de
repetir!
Está claro que fue breve,pero muy interesante ese café.
ResponderEliminarUn beso
Qué bonita experiencia, estoy segura de que la disfrutásteis mucho ambas.
ResponderEliminarUn beso ^^
Se nota que lo has disfrutado. Me habría encantado poder estar jejeje. Un besote
ResponderEliminarVeo que disfrutaste del café!! Besos
ResponderEliminarSeguro que ese café te sentó genial. Un besote.
ResponderEliminarYo tuve la suerte de compartir con ella pintxos y vinos al día siguiente por la noche, en Bilbao, y es tal cual: sencilla, humilde, transparente, super habladora y super cercana. Ojalá hubiera más escritores como ella.
ResponderEliminarBesitos.
¡Qué buena oportunidad! Me alegro que lo disfrutaras ^^
ResponderEliminarQue bien Manuela!! A pesar de las prisas y todo seguro que disfrutaste d ea charla y de la compañía ;)
ResponderEliminarBesos
Que interesante Manuela.
ResponderEliminarNo conocía a la autora, no soy mucho de novela negra aunque ahora estoy empezando a leer y creo que es fácil engancharse.
Un saludo
Que interesante Manuela.
ResponderEliminarNo conocía a la autora, no soy mucho de novela negra aunque ahora estoy empezando a leer y creo que es fácil engancharse.
Un saludo
Un café intenso. Estos encuentros cada vez me gustan más.
ResponderEliminarUn beso!
Hola! Que bien que pudieses hablar con ella! Ya me ha picado la curiosidad ese nuevo libro, jajaja. Aunque fuese cortito, me alegro mucho que lo disfrutaras :)
ResponderEliminarBesos!
Muy buen café. Así da gusto! Gracias por compartirlo con nosotr@s!
ResponderEliminarBesotes!!!
Pero tú no paras!
ResponderEliminarQué envidia, chiquilla, no paras quieta. No he leído la novela pero si ya tenía ganas, más aún ahora viendo que estamos con una autora de ésas que no abundan. ;)
ResponderEliminarBesos.
Que buena compañía tuviste para ese cafe !!!
ResponderEliminarEnvidia cochina, si señora!!!!, Bueno por lo menos esta semana que viene cargo con su libro en mi viaje al Levante. Me haré a la idea de que voy con buena compañía :)
ResponderEliminarBs.
Mira, hemos coincidido leyendo el de Feijoo!
ResponderEliminarBesos
Me dio pena no poder acercarme. Besos.
ResponderEliminarTe envidioooo!!! Vaya encuentros más buenos aunque sean breves. Esta novela la tengo entre mis deseos y por la cantidad de libros pendiente ni siquiera me he hecho aún con ella. A ver si en diciembre, ya no digo ni noviembre, puedo leerla.
ResponderEliminarBesos