Leemos El Quijote - 2ª parte: Capítulos XIII, XIV, XV y XVI

Capítulo XIII: Donde se prosigue la aventura del caballero del Bosque, con el discreto, nuevo y suave coloquio que pasó entre los dos escuderos.

Capítulo en el que asistimos a una charla entre escuderos que tantas cosas en común tienen, incluida la promesa de una ínsula o similar, aunque parece que el escudero de del caballero de Bosque se inclina más por los cargos eclesiásticos. Y un capítulo más en el que, a pesar de todo, Sancho Panza demuestra tener un poco más de sensatez de lo que a veces parece cuando sigue a su señor en sus andanzas.

Capítulo XIV:  Donde se prosigue la aventura del caballero del Bosque.

Y en este capitulo la conversación que prosigue es la que se da entre los caballeros. Cuál no será la sorpresa de don Quijote cuando el caballero del Bosque se enorgullece de haber derrotado al caballero más valiente y más temido, el propio don Quijote. Cuando éste intenta que confiese su mentira ya que nunca antes se habían cruzado, termina llegando a la conclusión de que quizá a quien venciera fuera a un ser encantado que tomara su físico por lo que deciden batirse en duelo y ver quién resulta ganador.

Y vence don Quijote claro, y menuda sorpresa se lleva al descubrir que el caballero, cuya cara no había podido ver por llevar puesta la celada, no es otro que el bachiller Sansón Carrasco y su escudero, el compadre de Sancho Panza.

Capítulo XV: Donde se cuenta y da noticia de quién era el caballero de los Espejos y su escudero.

En este capítulo se nos narra cómo llegó Sansón Carrasco a disfrazarse de caballero y tal y como nos podíamos imaginar los que tuvieron tan brillante idea no fueron otros que el cura y el barbero que ya no saben qué hacer para conseguir que don Quijote vuelva a casa y se deje de andanzas.

Capítulo XVI: De lo que sucedió a don Quijote con un discreto caballero de la Mancha.

Don Quijote no deja de darle vueltas al tema Sansón Carrasco para terminar encontrando la misma recurrente explicación: todo ha sido un encantamiento. Sea como sea él está muy feliz cuando se encuentran con un caballero, no andante, con el que seguirán camino y con el que entablará una interesante conversación a cuenta de la educación de los hijos y del gusto por la poesía.

No deja de sorprender las cosas tan cabales que a veces don Quijote, tanto que el caballero, que por mentecato lo tomó en un principio al declararse caballero andante, empieza a pensar que se equivocó.