La reunión tuvo lugar en el Café Comercial de Madrid y fue César
quien comenzó preguntándonos si nos había resultado una lectura difícil,
especialmente el primer movimiento, al cual el propio autor considera una
lectura densa, aunque imprescindible para situar al lector. La mayoría
coincidimos en que, salvo para los muy aficionados al género, es una lectura
compleja que incluso nos había exigido releer algunas partes y que podría hacer
tirar la toalla a lectores menos avezados o menos cabezotas, aunque está claro
que "Khïmera", en general, es un libro que exige un esfuerzo al lector,
no sólo por lo complicada que puede ser la trama sino también y sobre todo para llegar al fondo de una novela que es mucho más que mero
entretenimiento, que lo tiene y mucho.
Quince fueron los meses que tardó César en tener lista "Khïmera" dedicándole entre 10 y 12 horas diarias. A mi pregunta de cómo se organiza, si primero se documenta y después escribe, nos comentó que lleva a cabo ambas tareas al mismo tiempo, escribe y según va necesitando, busca la información. Nos comparó su forma de escribir con el que se enfrenta a un papel en blanco para realizar un dibujo a mano alzada y volvió a insistir en lo que otras veces ha comentado: no proyecta por dónde irá la trama puesto que no le gustan las líneas rectas, comienza a escribir donde lo dejó el día anterior y se deja llevar. En el caso de esta novela, lo que sí hizo antes de sentarse delante del teclado fue una hoja Excel en la que detalló desde la actualidad hasta 2060, año a año, en qué aspectos iría evolucionando la sociedad y la vida en general en cualquiera de sus aspectos, para de este modo conseguir una evolución coherente y que el lector pudiera percibir el futuro que dibuja como una prolongación del presente.
Quince fueron los meses que tardó César en tener lista "Khïmera" dedicándole entre 10 y 12 horas diarias. A mi pregunta de cómo se organiza, si primero se documenta y después escribe, nos comentó que lleva a cabo ambas tareas al mismo tiempo, escribe y según va necesitando, busca la información. Nos comparó su forma de escribir con el que se enfrenta a un papel en blanco para realizar un dibujo a mano alzada y volvió a insistir en lo que otras veces ha comentado: no proyecta por dónde irá la trama puesto que no le gustan las líneas rectas, comienza a escribir donde lo dejó el día anterior y se deja llevar. En el caso de esta novela, lo que sí hizo antes de sentarse delante del teclado fue una hoja Excel en la que detalló desde la actualidad hasta 2060, año a año, en qué aspectos iría evolucionando la sociedad y la vida en general en cualquiera de sus aspectos, para de este modo conseguir una evolución coherente y que el lector pudiera percibir el futuro que dibuja como una prolongación del presente.
Hubo diversidad de opiniones sobre si el hecho de conocer el
desenlace del libro 100 páginas antes de terminarlo restaba o no interés,
algunos opinaban que hubieran preferido que siguiera con la narración lineal y
a otros, entre los que me cuento, nos
supuso un mayor interés y
una dosis extra de emoción. El autor nos comentó que la intención principal de
hacerlo así es poner el foco de atención del lector en cómo se ha llegado a ese
final y de este modo conseguir que esté menos atento a las sorpresas que nos
asaltarán por el camino. Como otras veces he dicho, César no da puntada sin hilo y se divierte, se divierte muchísimo y eso se nota y lo transmite en cada palabra que escribe y pronuncia.
Y así pasó la tarde. Hablando de guerra cibernética. Hablando de la fantástica portada, del gran trabajo de edición que ha realizado Suma de Letras. Hablando de "Sarna con gusto", la próxima novela que publicará, un tema que casi mejor hubiéramos evitado porque os confieso que ya tengo ansia por leerla. Intentamos, con éxito casi nulo, que nos hablara del nuevo libro en el que trabaja. Hablamos mucho sí, también de otros libros, de otros autores... porque entre cervezas, coca-colas, vinos y cafés (¿veis que variados somos?) hubo muchas risas, mucho querer hablar todos al mismo tiempo y mucho de todo, como siempre que se juntan unos amigos.
Y así pasó la tarde. Hablando de guerra cibernética. Hablando de la fantástica portada, del gran trabajo de edición que ha realizado Suma de Letras. Hablando de "Sarna con gusto", la próxima novela que publicará, un tema que casi mejor hubiéramos evitado porque os confieso que ya tengo ansia por leerla. Intentamos, con éxito casi nulo, que nos hablara del nuevo libro en el que trabaja. Hablamos mucho sí, también de otros libros, de otros autores... porque entre cervezas, coca-colas, vinos y cafés (¿veis que variados somos?) hubo muchas risas, mucho querer hablar todos al mismo tiempo y mucho de todo, como siempre que se juntan unos amigos.