11 de abril de 2014

Consummatum est (César Pérez Gellida)


GOLEM

Parte de nada, apartado.
Un todo de parte a parte.

Nacido sin cordón umbilical, malparido,
sin sangre en las venas, sin sentido.
Abandonado en la tez de la tormenta
que es, a su vez, ceniza y placentera placenta.

Partiendo sin rumbo, repartido.
La carta en el descarte.

Neonato sin madre ni matrona,
sin leche materna, sin sitio en la trona.
Acunado en la vejez de un somnoliento acertijo,
esperando ser devorado como Saturno a su hijo.

Miembro sin grupo, desmembrado.
Ojo por ojo y Marte por Marte.

Así nací y morí en el mismo instante,
así voy y vengo, y vengo a llevarte.
Así alimentaré mi arcilla con tu carne,
así renazco de tu propia sangre.

Diente por diente, desdentado.
Arte por arte.


Consummatum est. Con este contundente título se despide Versos, canciones y trocitos de carne. Cuando en otoño de 2013 decidí leer Memento mori realmente no sabía dónde me estaba metiendo. Yo no suelo leer novela negra y, por encima de todo, huyo de sagas y similares y no, no sabía que aquella novela era el comienzo de la trilogía que tantas horas de sueño me robaría y que tanto recomendaría a todo aquel que preguntase qué libro leer y a quien no preguntase, también. El artífice de todo esto tiene un nombre y no es otro que César Pérez Gellida, de su biografía poco o nada os voy a contar porque ya lo he hecho en reseñas anteriores y él mismo os lo cuenta en su web.

Siempre he destacado el dibujo de los personajes como uno de los elementos que más valoraba en las anteriores novelas y en esta tercera entrega no podía ser de otra forma. Algunos nos abandonaron por el camino, pero vinieron otros como Ólafur Olafsson, comisario islandés con sus propios demonios pero no exento de un toque de dulzura. Con este guiño a la novela negra nórdica el autor nos ofrece el tándem perfecto para el inspector Sancho y nos regala un personaje que va creciendo a lo largo de la novela hasta ganarse, en pocas páginas y por méritos propios, un lugar preferente entre esos personajes de los que no te quieres separar.

Si miramos al Ramiro Sancho de Memento mori nos costaría mucho reconocer al hombre obsesionado con dar caza a Augusto Ledesma en Consummatum est. El inspector Sancho ha cambiado, el bagaje anterior le ha pasado factura, ya nunca podrá volver a ser el mismo, pero los lectores lo hemos vivido todo con él y aún reconocemos sus señas de identidad, aquellas que nos hacen sentirlo como una persona de carne y hueso. Hoy bebe más, hoy tiene heridas que tardarán en cicatrizar, hoy clama venganza, pero sigue siendo el poli honesto, buen jefe y mejor compañero que un día conocimos.

Augusto Ledesma es tan inteligente como cruel, pero adentrarnos en su mente nos deparará más de una sorpresa, no porque no conozcamos su pasado, sino por la fuerza con la que el autor consigue traernos determinadas imágenes a través de las palabras. Serán los momentos en los que Augusto recuerde su infancia los que nos pondrán a prueba si, como es mi caso, consiguen emocionarte y conmocionarte hasta el punto de sentir ¿compasión? por un asesino en serie. Utilizo las interrogaciones en la palabra compasión porque probablemente no sea el término más adecuado pero la pregunta ¿todo esto pudo evitarse o somos puro neurodeterminismo? ha rondado por mi cabeza a lo largo de muchas páginas.

César Pérez Gellida
La evolución de los personajes ha corrido paralela a la evolución del autor, con una prosa cada vez más decidida y controlada, contundente, un lenguaje cuidadosamente escogido pero muy accesible y un estilo propio inconfundible. César no se ha relajado en el tercer libro y nos sorprende aún más si cabe no dándonos ningún momento de respiro porque Consummatum est es un libro que se devora, que te asfixia y que a mí ha llegado a emocionarme.
  
En esta entrega los escenarios dejan de tener tanta importancia como en sus predecesoras y desaparece la carga histórica de Dies irae. El autor nos ofrece ahora una novela con dos primeros tercios donde prima la acción y en los que, con un ritmo frenético, recorreremos diversas ciudades europeas tras un Augusto Ledesma empeñado en sembrar Europa de cadáveres al ritmo de Rammstein, al tiempo que nos ilustra con nuevos poemas que han ganado en fuerza y crueldad y de los que se nos ofrece un magnífico compendio al final del libro.

Tras este sangriento periplo cerraremos el círculo y regresaremos al punto de partida, Valladolid. Allí, envueltos en la persistente niebla que parece atraparnos, comenzará un thriller psicológico en el que la acción deja paso a los personajes. Llegado este punto la novela se apodera aún más si cabe del lector y a través de un duelo que nos dejará sin respiración entraremos en la mente de nuestro sociópata favorito y, como os decía antes, más de uno nos preguntaremos cómo se habría podido ayudar a Augusto Ledesma y evitar tanto horror y dolor.

Los giros se suceden a lo largo de unas páginas que nos depararán más de una sorpresa, alguna ya sembrada con anterioridad aunque no supiéramos verla, pero sin recurrir nunca ni a las trampas ni a los golpes de efecto inverosímiles, ese recurso facilón que tan poco dice del buen hacer literario de algunos autores y al que César Pérez Gellida no necesita recurrir ya que su talento y la firmeza de su pluma son bazas más que suficientes para dotar a toda la trilogía de tres elementos para mí fundamentales en cualquier obra: entretenimiento, calidad literaria y capacidad para generarnos  preguntas.  ¿Quién pide más?

Consummatum est. Todo se acabó. Y así es. Hemos completado un círculo. Sin fisuras. Un cierre honesto con los personajes y con los lectores. Un final lleno de tensión y sobresaltos, con su dosis justa de emotividad. Después de cientos de páginas, combinando elementos tan dispares como crímenes, música y literatura, hemos regresado al inicio y el autor, con un desenlace soberbio, cierra una trilogía que no ha hecho nada más que crecer desde sus comienzos.

Versos, canciones y trocitos de carne: Memento mori. Dies irae. Consummatum est. Los que habitualmente pasáis por aquí sabéis que soy un poco fetichista con los títulos. Los leo todos juntos y me dejo atrapar, me sigue costando poner punto y final para despedirme de ellos. Sé que me queda mucho por leer y sé que conoceré a otros personajes que me conquistarán, pero también sé que encontraré pocos como estos de los que me despedí hace unos días.

¿Has leído ya la trilogía? ¿No? Pues como diría Augusto: ¡Que empiece el viaje ya!



Gracias a Suma de Letras por el ejemplar y a César por la dedicatoria y por no olvidarse de sus lectores, entre ellos la que os escribe, en los agradecimientos finales.


Reto 25 españoles
Cruce de caminos negro y criminal


Ficha técnica
Título: Consummatum est
Autor: César Pérez Gellida
Editorial: Suma de Letras
Nº de páginas: 677
ISBN: 9788483656402



25 comentarios:

  1. Me alegro que te haya gusado, es una trilogía que mantiene un nivel muy bueno por lo que veo...y mira que es dificil en una trilogía.
    Un beso!

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  2. Qué gozada de compañía. Con lectoras como tú uno emprende cualquier viaje, y no importan curvas, ni distancia, ni combustible. Gracias.

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  3. No he leído todavía la primera, pero ahora que ha están las tres fueras si que me voy a decir a leerlos. No he encontrado ni una sola crítica mala.
    Un saludo.

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  4. ¿ Por qué será que veo este libro por todas partes y todos dicen que está genial? ¿Será verdad...? jajajaj. De momento no me voy a poner con esta trilogía, pero cuando me relaje un poco de lecturas y demás, me pondré.
    Besos.

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  5. Que ganas de ponerle el broche final, besotes

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  6. Paso de puntillas por tu reseña, porque voy a ver si me regalan o auto-regalo este libro para el día de la madre, y comienzo la trilogía. Veo que tu reseña es más que positiva, así que sigo sin tener dudas de que voy a disfrutar la trilogía mucho.

    Un saludo.

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  7. No paro de leer buenas críticas de esta trilogía, y ya la he apuntado en mi lista de pendientes.
    Besos:)

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  8. El libro parece más de lo mismo... thriller de invierno, asesino...
    Gracias por la info!!
    Un saludoooo

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  9. Todavía no he leído esta trilogía, pero le tengo unas ganas....
    Besotes!!!

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  10. Cuando compré mi ejemplar de Mememnto mori no sabía lo que hacía. Ahora visto con perspectiva una de las mejores compras que he hecho en mi vida. Besos.

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  11. Pues nada, leeré la trilogía seguro, cuando pase un poco el boom. Un besote!

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  12. Yo también me tendré que leer la trilogía!!
    Besos

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  13. Me tengo que saltar la reseña porque no he leído aún ninguno, aunque los tengo esperando en la estantería. Me quedo con las conclusiones finales
    Besos

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  14. Esta la dejaré para el final, primero quiero leer las anteriores.
    Un beso.

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  15. Una reseña contundente. Tengo que terminar la trilogía, no dais cuartel! (solo leí el primero)
    Besos

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  16. Terminaré por leer esta trilogía. Hay cosas que se terminan convirtiendo en obligación. Gracias por tu reseña. Abrazos.

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  17. Me pienso hacer con la trilogía!!!
    Que ganas!!! ;-)
    Saludoss

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  18. Cuántas reseña llevo de esta novela? Ya he perdido la cuenta. Yo todavía no he leído ninguno de la trilogía...
    Besines y gracias por la reseña!

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  19. A mi es el que me gustó más de la trilogía. Olaffson hace que gane mucho, incluso más que algún... no digo por no spoilear.
    Pero tengo que repetir eso, que es un muy buen broche y esta vez no le pude poner peros ni tampoco detenerme en su lectura
    Besos

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  20. Lo leeré muy pronto. Besos

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  21. Leí el primero y tengo pendientes los otros dos, que caerán pronto. Un beso

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  22. A ver si empiezo a leer la Trilogía cuanto antes. Lo haré después d elos exámenes para poder darme el atracón, jajaja

    Bs.

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  23. ¡Que empiece el viaje ya! Todo el que no lo haya leído, ya sabe lo que tiene que hacer, jeje.
    Un beso.

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  24. Como disfruté de este libro, bueno de toda la saga! deseando leer más del autor!

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  25. Lo nuestro es para hacérselo mirar, eh! Mira que coger cariño a un asesino en serie! Ains!

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