Nada se opone a la noche (Delphine de Vigan)

"Después de encontrar a su madre muerta en misteriosas circunstancias, Delphine de Vigan se convierte en una sagaz detective dispuesta a reconstruir la vida de la desaparecida. Los cientos de fotografías tomadas durante años, la crónica del abuelo de Delphine, registrada en cintas de casette, las vacaciones de la familia filmadas en súper ocho o las conversaciones mantenidas por la escritora con sus hermanos son los materiales de los que se nutre la memoria. Nos hallamos ante una espléndida y sobrecogedora crónica familiar, pero también ante una reflexión sobre la verdad de la escritura, porque son muchas las versiones de una misma historia y narrar implica elegir una de esas versiones y una manera de contarla. Y esta elección a veces es dolorosa, porque en el viaje de la cronista al pasado de su familia irán aflorando los secretos más oscuros."

Con esta sinopsis la editorial Anagrama nos presenta la última novela de Delphine de Vigan, novelista francesa que en 2001 y bajo el seudónimo Lou Delvig publicó su primera novela, "Días sin hambre", en la que narra su lucha contra la anorexia. A partir de entonces sigue publicando con su verdadero nombre y en 2011 publica "Nada se opone a la noche" (Rien ne s'oposse à la nuit) que ha obtenido el Premio de novela FNAC, el Premio de novela de las Televisiones Francesas, el Premio Ranaudot de los Institutos de Francia, el Gran Premio de la Heroína Madame Figaro y el Gran Premio de las Lectoras de Elle. Tras este éxito arrollador en Francia, donde ha vendido más de medio millón de ejemplares, llega a España en 2012.

Vuelve a ocurrirme con esta novela y esta reseña que me cuesta elegir las palabras para poder transmitir lo que me ha hecho sentir esta lectura porque es una novela llena de sentimientos a flor de piel, escrita con un tono tan intimista y con un dolor tan contenido pero, al mismo tiempo, tan palpable que salta de las páginas para llegarte directamente al corazón. Porque "Nada se opone a la noche" es una novela que duele: duele cuando lees, duele cuando tienes que dejar de leer porque la emoción te desborda y duele cuando terminas el libro y, en mi caso, eres incapaz de empezar otro porque aún sientes dentro de ti el que has terminado. Y duele cuando miras una y otra vez la portada y ves a la bella Lucile cuando aún tenía toda la vida por delante.

La novela está estructurada en tres partes. En la primera la autora nos narrará la infancia y la juventud de Lucile, su madre, en el seno de una familia numerosa, aparentemente feliz, con un padre emprendedor y una madre entregada a sus hijos. Es en esta parte donde empezaremos a conocer las claves del futuro de Lucile. En la segunda parte conoceremos su vida bohemia durante su juventud, conoceremos también la infancia de la autora, sus recuerdos y sus miedos al vivir junto a su hermana la evolución de la enfermedad de Lucile. Y en la tercera y última parte asistiremos a la madurez de la autora, el nacimiento de sus hijos y el resurgir de Lucile tras una ardua lucha contra su enfermedad mental.

La novela está escrita en primera persona tal y como es de esperar al tratarse de una especie de autobiografía. En la tarea de narrarnos la vida de Lucile y, al mismo tiempo, la suya propia, la autora va intercalando descripciones de cómo está afrontando el hecho de escribir sobre su madre, nos cuenta cómo ha ido recopilando el material para el libro: entrevistas, fotografías, grabaciones... Nos cuenta cómo a veces se siente bloqueada ante el ordenador, las dudas que le surgen, los miedos, las noches en las que se despierta con pesadillas. De este modo nos va narrando el proceso creativo por el que una idea termina convirtiéndose en un libro y cómo el hecho de escribir precisamente este libro es para ella una especie de terapia para asumir su dolor, para enfrentarse a sus recuerdos, es una búsqueda de un por qué y la búsqueda de una respuesta a una pregunta: ¿lo pude evitar?

El estilo de Delphine de Vigan es sencillo y directo, intimista, carece de artificios, en ocasiones es exageradamente escueto y aún así, o precisamente por ello, es más palpable el dolor y el sufrimiento que impregnan cada una de las palabras de esta novela.

El trazado de los personajes es excepcional, podría parecer un aspecto fácil ya que está escribiendo sobre su familia pero la autora avisa desde el principio que no quiere escribir desde su punto de vista y desde su percepción de las personas y las cosas, sino que intenta hacerlo basándose no solo en su experiencia sino muy especialmente en todo el material de documentación que ha ido recopilando. Esta intención de tomar distancia con los personajes se pone de relieve en el hecho de que siempre utiliza los nombres propios para referirse a sus familiares, no habla de su madre, sino de Lucile y no habla de sus abuelos o tíos, sino de Liane, George, Violette. Tan solo cuando habla de sus hijos y, en ocasiones, de su hermana, se refiere a ellos con el parentesco. Sin lugar a dudas la recreación de Lucile es la que alcanza un nivel magistral, el retrato psicológico es excepcional, de forma que viviremos intensamente su enfermedad mental, su caída y su renacimiento.

Paso a paso iremos conociendo la vida y las tragedias de esta familia, su dolor, su sufrimiento, su rabia, sus luchas, sus secretos, sus mentiras, sus silencios, sus verdades a medias, sus abandonos...

"Siento todavía algo hacia mis hijas, pero no puedo expresarlo. Ya no expreso nada...El despertar es horrible. El momento que paso de la inconsciencia a la conciencia es un desgarro."

"Le grito con palabras sordas mi angustia"

"Escribo de Lucile con mis ojos de niña que creció demasiado deprisa, escribo ese misterio que siempre fue ella para mí, a la vez tan presente y tan lejana, ella, que, desde que cumplí diez años, nunca más me cogió en brazos."

"Vi lo que estábamos viviendo y que la muerte era irremediable"

Y llegaremos a un final al que la palabra emocionante no hace justicia. Un final que sencillamente no puede dejar de removernos y conmocionarnos con una fuerza que traspasa las páginas. Un final que, no por conocido, es menos doloroso.

Los temas que encierra esta novela son muchos: secretos familiares que salen a la luz demasiado tarde, muerte, suicidio, enfermedad mental, drogas, alcohol, brotes psicóticos, reconciliación, perdón... Es muy interesante también el apunte que hace la autora sobre la teoría de la psicogenealogía que parte de la premisa de que determinados comportamientos y problemas psiquiátricos se transmiten de generación en generación.

"Nada se opone a la noche" no es una novela fácil de leer porque es una novela que duele, es intensa, sobrecogedora, desgarradora, te obliga a leerla poco a poco porque aunque quieras avanzar el coste emocional de su lectura es alto y necesitas parar para aplacar tanto dolor. Nos cuenta una historia muy dura y nos la cuenta tan cruda como es, sin dulcificar nada. Este libro es también la búsqueda de respuestas por parte de una hija que necesita asumir la muerte de su madre y necesita perdonar y perdonarse para poder continuar con su vida. Y, al mismo tiempo, es un homenaje a una madre y un canto a un amor filial incondicional. Una novela que deja huella y te persigue hasta tiempo después de haberla terminado.

Para terminar os dejo el vídeo de la canción de cuyo estribillo, según manifiesta la propia autora, sacó el título de la novela.

Ficha técnica

Título: Nada se opone a la noche

Autora: Delphine de Vigan

Editorial: Anagrama

Nº de páginas: 376

ISBN: 9788433933911